Los sentimientos religiosos son algo muy personal. Aunque en las sociedades occidentales, herederas del pensamiento judeocristiano, esta moral se infiltra en lo más recóndito de nuestra estructura. Por este motivo, cuál es la percepción del papel de Dios sea tan relevante.

Ahora, un estudio conjunto de profesionales de las universidades de Yale y Arizona trata de desentrañar cuál es exactamente esa percepción. Y si los resultados son o no sorprendentes queda, de nuevo, a la interpretación según nuestras creencias. 

Pero los datos que arroja es que los creyentes consideran que Dios puede hacer de todo, excepto ser malo. Es decir, Dios puede crear la vida, puede abrir las aguas de un mar. Pero no llevar a cabo aquellos actos que se consideran moralmente reprobables


Dios podría cambiar

Y aquí entra una nueva paradoja. Si Dios puede hacerlo todo, también podría cambiar esos conceptos. Es decir, convertir algo que hoy tomamos como moralmente malo, en algo aceptable para nuestra razón. 

Y esta consideración, los encuestados se mantienen firmes. Cuando hablamos de conceptos moralmente malos todos sabemos a qué nos referimos. Quiere decir que Dios no puede matar, torturar o generar hambrunas solo por pasar el rato.
 
Es más, en una compresión prácticamente metafísica, los sujetos del estudio advierten que ni tan siquiera Dios puede cambiar esos preceptos morales

Para los autores del ensayo, el informe demuestra la fortaleza de los compromisos morales y es una buena fuente de información para establecer dónde surgen nuestras conductas éticas, cómo se fijan y cómo condicionan nuestra manera de actuar.