La dinámica seguirá siendo trasladarse del campo a la ciudad. Así lo ha publicado Naciones Unidas en su informe El peso de las ciudades: los recursos que exige la futura urbanización: en los próximos 30 años, señala, 2.400 millones de personas podrían abandonar sus hogares para trasladarse a zonas urbanas, lo que aumentaría hasta el 66% el monto total de habitantes que, en todo el mundo, viven en ciudades.

Con esas migraciones, aumentará la necesidad de recursos naturales. Constituiría un incremento del 125% en cuatro décadas “si no se realizan cambios en la forma en cómo las ciudades están concebidas”, advierte el organismo internacional, que en su documento recomienda, como práctica en esta línea, monitorear el flujo de recursos naturales que entran y salen de una ciudad para administrarlos apropiadamente, en pos de “propuestas de negocios innovadoras y la experimentación”. También se habla de planificaciones urbanísticas centradas en un crecimiento “compacto”, para economizar en el asfalto, hormigón, electricidad y agua consumida en la expansión urbana, y de mejorar las conexiones dentro de la ciudad y entre ciudades con un transporte público eficiente y asequible.

La ONU calcula que la cantidad anual de recursos naturales invertidos en las áreas urbanas para 2050 crezca desde los 40.000 millones de toneladas (que se contabilizaban en 2010) hasta 90.000 millones de toneladas.