La crisis del coronavirus ha propiciado que aparezca nuevas demandas de profesionales como ayudantes de cocina, personal para supermercados, logística y reparto de alimentos, limpieza, etc. Así lo explica Roger Casero, coordinador del programa Incorpora Girona en Alma, la revista on line de la Fundación "la Caixa" que pretende reflejar las múltiples realidades sociales que nos rodean con una perspectiva optimista y diversa.

El programa incorpora es un proyecto de la Fundación Bancaria "la Caixa" que trabaja por la inserción sociolaboral de colectivos en riesgo de exclusión social, entre otros, mayores de 45 años, jóvenes, personas migrantes, discapacitados o mujeres. Se trata de una labor de acompañamiento integral y personalizada que busca generar oportunidades en el mercado laboral ordinario. Cuenta con varios programas: autoempleo, reincorpora -dirigido a personas privadas de libertad y salud mental.

La crisis del coronavirus ha provocado la suspensión de todas las formaciones y practicas de Incorpora, pero los técnicos de inserción siguen trabajando desde sus casas en su labor de acompañamiento de estas personas y promueven su formación on line. En momentos como éste, la atención psicológica es vital. “El apoyo emocional ahora mismo es más necesario que nunca. Ellos lo agradecen muchísimo. Muchos tienen miedo. Y para nosotros también es duro tener que enviar a nuestros usuarios como candidatos. Siempre nos aseguramos de que no tengan patologías previas y conozcan los riesgos. Pero muchos de ellos están dispuestos a ir a trabajar por el bien de todos”, subraya Mireya García-Durán, responsable del programa en la Fundació Raval Solidari.

“La gestión de ofertas laborales, naturalmente, ha caído en picado”, comenta Roger Casero, aunque en paralelo ha aumentado la demanda de las profesiones antes citadas para garantizar los servicios básicos durante el confinamiento por la crisis del coronavirus. Los técnicos de Incorpora están trabajando para satisfacer esa demanda. Entre sus prioridades están los puestos de trabajo que garanticen esos servicios básicos dirigidos a los colectivos más vulnerables: residencias de personas mayores, centros de refugiados, bancos de alimentos y, por supuesto, los centros de salud, que también son una prioridad.

Estos héroes anónimos, que están trabajando para que todo funcione, tienen miedo de que cuando pase todo esto, puedan quedarse sin empleo. "Tenemos contacto con los usuarios que están trabajando en supermercados y muchos están preocupados. Están trabajando de cara al público como campeones y en una situación compleja. La actividad no se está parando gracias a ellos. Y ellos temen, sobre todo, no encontrar trabajo cuando todo esto termine”, asegura Héctor Suárez, coordinador de Incorpora en las distintas delegaciones de la entidad Formació i Treball.

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