La actividad física tiene numerosos beneficios para la salud, pero su asociación con la función pulmonar en la niñez o en la adolescencia no estaba del todo clara. Ahora, por primera vez, un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por “la Caixa”, ha demostrado la asociación de una mayor actividad física regular durante la infancia mejoraría la función pulmonar en niñas adolescentes.

Esta investigación ha sido publicada en la revista International Journal of Epidemiology, en la que se ha investigado la relación entre la actividad física con la función pulmonar en más de 2.300 niños y niñas de Reino Unido.

El estudio analizó la actividad física a los 11, 13 y 15 años de edad y la función pulmonar a los 8 y 15 años de edad, mediante espirometría

Los investigadores definieron tres trayectorias distintas de actividad física: baja, moderada y alta. Célina Roda, primera autora del estudio, ha explicado que “las niñas que realizaban una actividad física moderada y alta tenían mayor capacidad de expirar el aire (capacidad vital forzada) que las chicas que se encontraban en el tramo de actividad física baja”.

Por otro lado, no se observó ningún tipo de asociación en los niños, la investigadora lo explica como que “la aceleración del crecimiento ocurre más temprano en las niñas que en los niños, por lo que cualquier efecto de la actividad física en la función pulmonar puede observarse más fácilmente a una edad más temprana en las niñas”.

Finalmente, los resultados han mostrado que menos del 7% de los niños y niñas llevaba a cabo los niveles recomendados de actividad física recomendados por la Organización Mundial de la Salud, un mínimo de 60 minutos diarios.

A los 11 años, los niños realizaban una media diaria de actividad física de 24 minutos y las niñas, 16 minutos

“Es preocupante la alta prevalencia de sedentarismo en las y los niños del estudio, un factor que, si se extrapola a nivel poblacional, podría resultar en un considerable impacto en la función pulmonar”, señala Judith Garcia Aymerich, jefa del programa de Enfermedades no transmisibles y medio ambiente de ISGlobal y coordinadora del estudio. “Las estrategias encaminadas a promover la actividad física en la infancia podrían resultar en grandes beneficios para la salud respiratoria de la población”, destaca. “Es necesario realizar más estudios que tengan en cuenta también los factores ambientales, como la contaminación atmosférica, para saber si estos influyen en los beneficios de la actividad física para la función pulmonar”, comenta Garcia Aymerich.