CaixaForum Madrid abre sus puertas a la exposición Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020, que explora la fructífera relación entre el surrealismo y el diseño a lo largo de los últimos cien años. Esta coorganizada por la Fundación ”la Caixa” y el Vitra Design Museum e incluye 279 obras procedentes de numerosas colecciones, fundaciones y museos del mundo, como la Fondazione Giorgio e Isa de Chirico, la Fundación Gala- Salvador Dalí, el San Diego Museum of Art, el West Dean College, el Museo Casa Mollino, la Fondazione Achille Castiglioni, la Eames Collection LLC, el Design Museum Den Bosch y el propio Vitra Design Museum, donde ya se pudo ver la exposición. 

Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020 llega a Madrid tras su clausura en Barcelona y, después, viajará a CaixaForum Sevilla. Este jueves ha sido presentada vía streaming por la directora del Área de Exposiciones de la Fundación ”la Caixa”, Isabel Salgado; la directora de CaixaForum Madrid, Isabel P.Fuentes, y el director del Vitra Design Museum y comisario de la exposición, Mateo Kries.

La directora del Área de Exposiciones de la Fundación ”la Caixa”, Isabel Salgado, y la directora de CaixaForum Madrid, Isabel P.Fuentes

La directora del Área de Exposiciones de la Fundación ”la Caixa”, Isabel Salgado, y la directora de CaixaForum Madrid, Isabel P.Fuentes, durante la presentación en CaixaForum Madrid de la exposición Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020.

La muestra forma parte de la programación expositiva consolidada de la Fundación ”la Caixa” en torno a la arquitectura y el diseño, que va más allá de una aproximación de estilos y periodos históricos concretos. Entre las exposiciones que han sido programadas, destacan las dedicadas a grandes figuras como Le Corbusier, Richard Rogers, Adolf Loos y Alvar Aalto. Precisamente del arquitecto finlandés también se pudo ver en 2015 una amplia panorámica en

colaboración con el Vitra Design Museum en CaixaForum Madrid.

¿Qué podemos encontrar en la exposición?

La muestra recoge los ricos paralelismos y conexiones entre objetos de diseño y obras de arte. Se trata de una relación de ida y vuelta, ya que el surrealismo se inspiró, en parte, en los objetos cotidianos y en el diseño, pero a su vez, este movimiento artístico impactó en el diseño desde el principio. En este sentido, ayudó a liberar a los diseñadores del dogma funcionalista según el cual «la forma sigue a la función». Esta influencia, que se inició en los años treinta y se intensificó en especial después de la Segunda Guerra Mundial, sigue estando muy vigente en parte del diseño contemporáneo.

El surrealismo demostró un especial interés por los objetos cotidianos y los alteró para hacerlos más fantasiosos, oníricos, irónicos, terroríficos o emocionales

Después de presentarse de manera oficial en 1924 con la publicación del Manifiesto del surrealismo de André Breton, el surrealismo se convirtió rápidamente en un movimiento intelectual y político internacional cuyos miembros provenían de diferentes orígenes y disciplinas, entre ellas, la escritura, el cine y las bellas artes. Los artistas surrealistas utilizaron el subconsciente, los sueños, las obsesiones, el azar y lo irracional para sus creaciones. El surrealismo demostró un especial interés por los objetos cotidianos y los alteró para hacerlos más fantasiosos, oníricos, irónicos, terroríficos o emocionales.

La influencia del surrealismo se extendió por todos los ámbitos del diseño del último siglo: desde el mobiliario y el interiorismo hasta el diseño gráfico, la moda, el cine y la fotografía. En la actualidad, el influjo del surrealismo está muy presente en el diseño. El enfoque subversivo, las imágenes fantásticas y el interés del surrealismo por la psique humana siguen siendo inspiradores para los diseñadores contemporáneos.

La exposición, de carácter multidisciplinar y dividida en cuatro ámbitos temáticos, se propone iluminar ese diálogo creativo fascinante y continuado. Incluye pinturas, esculturas, objetos, carteles, revistas, libros y fotografías, así como películas históricas y vídeos. Entre los artistas y diseñadores expuestos están Marcel Duchamp, René Magritte, Shiro Kuramata, Ray Eames, Carlo Mollino, Gae Aulenti, Claude Cahun, Achille Castiglioni, Man Ray, Giorgio de Chirico, Joan Miró, Le Corbusier, Salvador Dalí, Roberto Matta, Isamu Noguchi y Meret Oppenheim.

Sueños de modernidad

El primero de los cuatro ámbitos se centra en explorar el surrealismo desde la década de los años veinte hasta la década de los cincuenta. En un principio, André Breton y sus compañeros aplicaron los principios surrealistas a la pintura, pero después estos se extendieron a los objetos en una tendencia que, de manera general, se fue ampliando a los muebles y a los interiores, hasta alcanzar la moda y el cine. Muchos diseñadores, críticos con el racionalismo, encontraron en el surrealismo la inspiración para incorporar las emociones humanas, las formas orgánicas y el mundo irracional a los objetos de uso cotidiano.

Los ready-mades de Marcel Duchamp constituyeron una de las principales fuentes de inspiración para artistas como Meret Oppenheim o Salvador Dalí, que establecieron un tipo de escultura totalmente nuevo creando objetos absurdos a partir de materiales y objetos encontrados. Las formas orgánicas creadas por Antoni Gaudí en arquitectura y mobiliario, como su silla de la Casa Calvet, también anticiparon estas prácticas. El ideal de belleza de estos objetos está basado en metáforas como la del poeta francés Lautréamont: «Bella […] como el encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas en una tabla de disección».

El arquitecto Le Corbusier diseñó el apartamento del coleccionista Carlos de Beistegui. Las líneas rectas y puras proyectadas por el arquitecto funcionalista contrastaron con la decoración interior propuesta por el coleccionista, quien creó una atmósfera de collage surrealista, con muebles exuberantes, tapizados brillantes y un conducto de ventilación en forma de periscopio. Dalí también incorpora elementos parecidos en su casa de Portlligat y, en los años treinta, diseña interiores aún más atrevidos, con objetos como el sofá con la forma de los labios de Mae West o el teléfono langosta. La importancia de los objetos en el universo surrealista se hizo evidente en las exposiciones de arte surrealista de los años treinta, muy bien documentadas fotográficamente en esta muestra. Son formas que también aparecen en los óleos surrealistas de Dalí.

Cuando muchos de los surrealistas se ven obligados a emigrar a los Estados Unidos a causa del nazismo y de la guerra, el estilo surrealista empieza a inspirar a diseñadores del otro lado del Atlántico como Ray Eames, Isamu Noguchi o Frederick Kiesler, que diseña la galería Art of this Century, de la mecenas Peggy Guggenheim. El propio Dalí diseña los escaparates de los almacenes Bonwit Teller de Nueva York y crea tejidos, anuncios e incluso escenografías para la película Recuerda, de Alfred Hitchcock.

Imagen y arquetipo

El surrealismo introduce la subversión en la vida cotidiana: ¿Siempre es real lo que vemos? ¿Una cosa debe ser siempre lo que parece? En el segundo ámbito, la exposición explora la manera en que los surrealistas analizan los arquetipos de los objetos cotidianos y minan la importancia del significado establecido de las cosas con la intención de instaurar el absurdo, la confusión y el azar. René Magritte, por ejemplo, encierra en una quesera de vidrio un pequeño óleo con la representación de un trozo de queso. Muchos diseñadores se sirven de estrategias similares, como Achille Castiglione, que realiza diseños basados en la idea del arte encontrado parecidos a los ready-mades de Duchamp: un taburete con sillín de bicicleta o un sombrero que recuerda un molde para tartas. La arquitecta Gae Aulenti hace referencia a la famosa Rueda de bicicleta de 1913 de Duchamp cuando diseña una mesa que se puede desplazar porque está montada sobre ruedas de bicicleta.

Gae Aulenti, Tour, 1993 © Vitra Design Museum. Foto  Jürgen Hans

Desde los años sesenta, la producción de numerosos tipos de plásticos permitió diseñar muebles con cualquier forma imaginable. Muchas de las piezas de mobiliario creadas por los miembros del movimiento de diseño radical italiano tienen proporciones absurdas y formas fantasiosas, inspiradas directamente en la obra de los surrealistas. Por otro lado, los artistas surrealistas no abandonan el diseño de objetos, como Roberto Matta con la silla MAgriTTA (1970), un homenaje a Magritte, o Man Ray con El testimonio (1971), presidido por un gran ojo que hace referencia al papel del mueble como observador mudo de la vida doméstica. Diseños más contemporáneos han apostado también por la descontextualización y la alienación de lo aparentemente ordinario, como la lámpara con forma de caballo, de 2006, de las diseñadoras Front.

Studio65, Bocca, 1970 © Gufram Studio65, foto  Jürgen HANS © Vitra Design Museum

 

Surrealismo y erotismo

El amor, el erotismo y la sexualidad tuvieron un papel crucial en el surrealismo. Los artistas y los diseñadores inspirados en este movimiento aportaron una alta carga erótica a obras de arte y a diseños de interiores y de mobiliario. El collage de Salvador Dalí La cara de Mae West (1934-1935), que se puede usar como un apartamento surrealista, crea un interiorismo donde las partes individuales reproducen la cara de la actriz. El diseñador, fotógrafo y arquitecto italiano Carlo Mollino adopta estos principios en todos sus trabajos, ya se trate de un sofá en forma de labios, como el del genio ampurdanés, o una mesa inspirada en el cuadro de Dalí Mujer con cabeza de rosas (1935).

Es en este tercer ámbito donde se dedica un apartado a las mujeres, que a diferencia de sus compañeros hombres, toman los motivos considerados propios del erotismo femenino —boca, pechos, cabello y zapatos de tacón— para hacer una crítica a la opresión de la mujer y a los estereotipos de género. Lo hacen, por ejemplo, las subversivas fotografías de Lee Miller y de Dora Maar, y los autorretratos andróginos de Claude Cahun. En el diseño contemporáneo también encontramos ejemplos de esta denuncia, como el Cepillo de pelo (1999) de BLESS, en el cual el pelo hace inservible el objeto.

La moda no ha sido inmune al surrealismo. Artistas como Man Ray o Lee Miller fueron fotógrafos de moda. Dalí y la diseñadora de moda Elsa Schiaparelli colaboraron en diseños como el Vestido esqueleto (1938) y el Vestido langosta (1937), así como en su conocido Sombrero zapato (1937-1938). La influencia del surrealismo en la moda no ha decaído y se hace evidente en las piezas que Rei Kawakubo diseñó para la colección de otoño/invierno de 2007-2008 de la marca Comme des Garçons.

Contrapuesta a la fuerza erótica, la pulsión de muerte y violencia, que tanto interesó a los surrealistas, por ejemplo, en la representación de cuerpos alterados o fragmentados de Hans Bellmer, está presente también en el diseño. Gaetano Pesce crea el sofá con forma de mujer voluptuosa, La Mamma (1969), que invita a sentarse en su regazo, pero juega con la contradicción entre sensualidad y encadenamiento. La diseñadora Wieki Somers diseña una tetera con forma de cráneo de cerdo, un gesto que altera el confort de los objetos domésticos, como ya había hecho la artista Meret Oppenheim.

El pensamiento salvaje

La última parte de la exposición está dedicada a lo que el etnólogo Claude Lévi- Strauss denominaba «pensamiento salvaje», es decir, el interés por lo arcaico, lo fortuito y lo irracional. A este respecto, los surrealistas se inspiraron a menudo en los objetos etnográficos del arte africano, de Oceanía y de los nativos americanos, e incorporaron técnicas que pretendían abrir las puertas del inconsciente y del azar, como hace Max Ernst con sus frottages o como las prácticas de escritura automática y de asociaciones libres. Man Ray fotografía la cabeza de una modelo junto a una máscara africana en una de sus imágenes más emblemáticas, Blanco y negro (1926). En este apartado se ha incluido la pintura El león (1925), de Joan Miró, que pertenece a la Colección ”la Caixa”.

El arte no occidental en combinación con las ideas surrealistas sigue inspirando a muchos diseñadores contemporáneos. Los hermanos brasileños Fernando y Humberto Campana crean objetos escultóricos a partir de materiales encontrados al azar y otros dos hermanos, los franceses Ronan y Erwan Bouroullec, adoptan en sus dibujos la técnica del flujo libre de la conciencia, que conduce a una nueva imaginería de los objetos. En la actualidad, nuevas tecnologías como la impresión digital 3D permiten recuperar en el diseño el factor azar a través de los algoritmos, como el jarrón creado por Audrey Large.

El surrealismo sigue muy presente en muchos trabajos contemporáneos, sobre todo, en obras que utilizan aproximaciones experimentales y especulativas para trastocar nuevas tecnologías y cuestiones sociales, especialmente en el diseño crítico. La obra Diseños para un planeta superpoblado: los recolectores (2009), de Dunne & Raby, reúne una serie de objetos inteligentes del siglo XXI para un futuro distópico que incluyen un elemento irracional. Por otro lado, el lenguaje visual típico del surrealismo se introduce directamente en disciplinas como el videoclip. La cantante islandesa Björk incorpora motivos pictóricos surrealistas en muchos de sus vídeos, como Hidden Place (2010), que muestra una lágrima que recorre el rostro de la cantante como referencia directa a la fotografía de Man Ray Lágrimas (1932). Es una prueba de hasta qué punto ha penetrado en la conciencia colectiva el lenguaje visual del surrealismo.

Actividades paralelas

Como es habitual en las exposiciones de CaixaForum, han programado una serie de actividades paralelas que incluye un ciclo de conferencias, conciertos conferencias y experiencias gastronómicas muy especiales. 

En este enlace podrás encontrar toda la información sobre Objetos de deseo. Surrealismo y diseño, 1924-2020, que estará abierta al público desde este jueves, 12 de noviembre hasta el 21 de marzo de 2021.