Los Reyes Felipe y Letizia, junto a la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía presidieron la semana pasada el acto de entrega de los Premios Princesa de Asturias, una celebración que en su cuadragésima edición tuvo que contar con aforos reducidos y estrictas medidas de seguridad debido a la epidemia del coronavirus.

De hecho, la ceremonia se trasladó en esta edición al Salón Covadonga del Hotel de la Reconquista de Oviedo, donde estuvieron los premiados y la familia Real, con un palco reservado para la Reina Sofía, que protagonizó uno de las anécdotas tras ser preguntada si había tenido contacto últimamente con el huído rey Juan Carlos.  “¡Ay, qué preguntas!”, respondió descompuesta la reina Sofía.

Tal y como afirma Pilar Eyre en su blog de la revista ‘Lecturas’, de esos apenas diez segundos es de lo que más se está hablando de la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias. 

“Ahora quienes decidieron que Sofía asistiera deben estar mesándose los cabellos y diciendo ‘por qué, por qué’. La presencia de la reina Sofía estuvo en el aire durante varias semanas”, explica la prestigiosa periodistas especializada en casas reales.

Eyre también desvela que en la ceremonia, “Sofía le dirigió alguna frase a su nieta mayor, que respondió educadamente, aunque en el momento de la foto intentó no rozarla y no hubo interactuación entre los cinco”.

“Y es que la forzada presencia de Sofía enfriaba el ambiente, muy distinto cuando padres e hijas estaban solos, reían, hablaban y ofrecían una imagen de familia unida y compenetrada”, sostiene Pilar Eyre para describir un evidente clima de vacío hacía la reina emérita.