El presidente del Gobierno en funciones visitó ayer Santander para reunirse con Miguel Ángel Revilla. La jornada fue ajetreada: además de política e insultos recibidos por un ciudadano de la ciudad, con el correspondiente correctivo del presidente de Cantabria, hubo tiempo para relajarse y disfrutar de una charla distendida y mucha comida.

En el restaurante El Desván, tal y como reveló Revilla, sendos dirigentes disfrutaron de una comida de menú abundante para recuperar fuerzas: “Comió mucho”, ha alegado el presidente regional ante las preguntas del programa Espejo Público (Antena3).

“Le vi bien, comió mucho, tenía mucha hambre”, arranca Revilla, antes de profundizar en los platos que incluía el menú que muchas veces come el dirigente cántabro. “Costaba 19,50 y lo pagué yo de mi bolsillo, no con cargo al presupuesto”, prosigue.

“El menú lleva tomates, que los de Cantabria son muy buenos, ensaladilla rusa, alubias de Cantabria, que se comió tres platos, merluza a la plancha y un postre que es semejante a los sobaos y un vino blanco”, comenta Revilla, destapando que el presidente había llegado hambriento al encuentro.

E insiste: “19,50. Lo digo por si la gente viene por aquí. El restaurante se llama El desván y está muy bueno”.

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