Cerrado en agosto por madrileñofobia. Los responsables de Puerto Marina, un restaurante próximo a la playa de Mera, en Oleiros (A Coruña), han tomado la determinación de bajar el cierre durante una semana en pleno mes de fuertes ingresos. Al menos así es sobre el papel, pero no para los regentes del establecimiento, que alegan desgaste físico y mental ante las andanadas de turistas madrileños que desembarcarán en el municipio gallego a raíz del puente del 15 de agosto. Este es el objetivo prioritario porque este turismo “de desgaste” no les enriquece, sino todo lo contrario. Decisión polémica que se ha retroalimentado tras el duro mensaje publicado en redes sociales el pasado 8 de agosto, cuando escribieron que “si cae una bomba en Mera quedan sin tontos en la Meseta”.
Mensaje escrito desde el hartazgo que se explica con el gran número de turistas que recibe Mera, dado que esta elevada cifra, al contrario que en otros puntos del país, no se traduce en un incremento de los beneficios para los bares, sino en todo lo contrario. Según publica el medio digital Quincemil, de testimonios de los trabajadores y regentes de Puerto Marina, a menudo lidian con clientes problemáticos, tacaños, tramposos y altivos. Con muy poquitas excepciones y con un denominador común: la mayoría proviene de Madrid, debido a la arraigada tradición de veraneo en el municipio de Oleiros, que tiene más de medio siglo.
No obstante, los tiempos han cambiado y aquellos veraneantes de los 80 o 90 tenían un poder adquisitivo del que no disponen sus hijos o sus nietos, fruto de los tiempos que corren. Galicia ha aumentado considerablemente sus cifras de turistas en busca de sol, playa y gastronomía gallega, para lo que los gallegos han acuñado el término “fodechinchos”. Se trata de un vocablo originario de las Rias Baixas y que se ha expandido bajo el precepto de denunciar la masificación de playas y lugares de veraneo, cuando se produce especialmente en detrimento de los lugareños. La palabra en cuestión hacía referencia en su origen a que los turistas piden (foden, “joden”) los jureles, a los cuales se les denomina chinchos en la zona, sin dejar ninguno para los vecinos.
Sin embargo, en Puerto Marina Baar no se han acabado los jureles, sino que se ha agotado la paciencia. En declaraciones al medio Quincemil, los regentes del establecimiento lamentan que los turistas se sientan en la terraza del bar, con exigencias inversamente proporcionales a su poder adquisitivo o a las pocas ganas de hacer uso de él. De hecho, detallan que las mesas que ocupan no suponen un espaldarazo para el bar, sino todo lo contrario y suelen estar acompañadas de faltas de respeto. “Altivez, exigencias, peticiones que no son normales, mala educación y de vez en cuando un insulto xenófobo al personal que no es español”, concreta la responsable del bar, que define este fenómeno como “turismo de desgaste”.
Pese a que admite que hay excepciones, lógicamente, en las redes sociales del bar se difundió un mensaje cargado de controversia, pero en el que reflejan las formas que atribuyen a sus clientes madrileños. “Ante la inminente llegada del puente del 15 de agosto, donde si cae una bomba en Mera quedan sin tontos en la Meseta”, han decidido cerrar entre el 12 y el 19 del mismo mes. Decisión que viene precedida después de la “última oleada de expresiones tales como ‘me pones dos Barceló cola y cuatro vasos’ o ‘tendrás un pincho de tortilla para acompañar el café, que sólo no me entra’”.
En Facebook, donde han publicado esta suerte de comunicado, algunos usuarios “dan fe” de que lo de los cubatas al menos es cierto. Además, añaden en el escrito que les dicen que si “aparte de macarrones con carne y empanada de pulpo tendrán otros pinchos, ya que soy celiaca y eso no lo puedo comer”. “Como dijimos anteriormente, estamos cansados de la prepotencia que atesora esta gente y no queremos desvirtuar el proyecto inicial para lo que fue concebido. Disculpad las molestias y esperemos que a partir del día 20 esté algo más liberado el panorama”, rematan.