Cuando en política se señala a una persona como quien “susurra al oído” de una figura pública suele ser una expresión figurada para referirse al cargo que, desde las sombras, aconseja y guía al mandatario. Sin embargo, en el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el sentido era literal y el que le indicaba lo que tenía que decir, vía pinganillo, era su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Esta situación ha sido recordada por el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, después de las últimas palabras de Ayuso.
La baronesa del Partido Popular (PP) ha confirmado que acudirá a la Conferencia de Presidentes, que reúne a Pedro Sánchez con los líder autonómicos, pero ha asegurado que no aceptará que otros asistentes se dirijan a ella en otra lengua que no sea el español y se negará a la posibilidad de utilizar los dispositivos de traducción simultánea.
Pinganillos
Ayuso ha optado por introducir esta variable en las horas previas para enfangar la reunión. “Pienso decirle a los ministros, al presidente y a la prensa que pretenden una absoluta golfada y que todo lo que me tengan que decir en los pasillos en español o lo dicen dentro en el mismo idioma o me saldré”, ha trasladado durante la sesión en la Asamblea de Madrid. “O por el camino ya veré que hago con esos pinganillo”, ha continuado, “pero ya le digo que no me los pienso poner”, ha asegurado, calificando el uso del catalán como “provincianismo con el secesionismo”.
El murmullo al mencionar la palabra “pinganillo” ya se ha escuchado en el propio Parlamento madrileño y ha sido el ministro Puente el que ha reaccionado en redes sociales con los que muchos habían pensado. “Pero al pinganillo para escuchar las consignas de MAR no le hace ascos”, ha trasladado el titular de la cartera de Transportes y Movilidad Sostenible.