Este viernes por la tarde se ha vivido un tensísimo momento en Cuatro al Día durante la entrevista que su presentador, Joaquín Prat, le ha hecho a la polítóloga rusa Liu Sivaya.

Tras dejar claro que "nadie está a favor de la guerra", la experta ha criticado la sesgada visión que están dando los medios de comunicación españoles sobre el conflicto. “Me apena profundamente que se esté vendiendo un relato que mete muchísimo miedo a la población europea porque parece que todo esto se trate de un pueblo, encabezado por un señor loco y peligroso, que de la noche a la mañana se ha levantado con ganas de invadir el mundo”, ha señalado.

Asimismo, Sivaya ha explicado que una entrada de Ucrania en la OTAN significaría un posible “armamento nuclear” en el país. Un hecho que Prat no ha comportido: “Sabes perfectamente bien que eso jamás se iba a haber producido. Jamás se iba a haber convertido Ucrania en una potencia nuclear, jamás hubiese habido un despliegue de ojivas nucleares. Yo entiendo que Ucrania era el patio trasero de Rusia”.

Las posiciones han ido poniéndose más tensas. La politóloga se ha quejado de no poder entablar un diálogo, ya que no le estaban dejando responder y Prat la ha cortado en seco: "Pero si llevas hablando cinco minutos". Para más inri, la periodista Ketty Garat también ha querido participar: “Perdóneme, pero usted está diciendo una barbaridad tras otra. Parece que se le ha olvidado que en 2014 hubo una anexión ilegal de Rusia a Crimea y desde entonces la comunidad internacional, que parece tan opresora según su discurso, ha mirado para otro lado y se le ha dejado a Putin hacer”. Asimismo, la periodista de The Objetive ha añadido que la actitud de Putin era “autocrática y despótica”. A lo que Sivaya ha contestado:  ”¿En qué momento le parece a usted autocrático y despótico un referéndum?”.

En ese momento Garat ha lanzado una grave acusación a la politóloga: "Me parece totalmente despótico lo que está usted diciendo, señora, es un insulto al pueblo ucraniano que empecemos con matices irrelevantes ante una situación tan sumamente clara que no permite tomar blancos y negros”. FInalmente, la politóloga ha defendido “el derecho de la población de conocer ambas partes del relato. Que no se equivoque nadie".