El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha vuelto a convertirse en objeto de burla en redes sociales tras su entrevista con Vanity Fair. La imagen del político leyendo prensa internacional ha desatado una oleada de comentarios sarcásticos debido a su conocido "problema" con el inglés. Esta divertida anécdota ha sido una de las más leídas y comentadas esta semana en ElPlural.com.
Cachondeo en redes sociales por una entrevista que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, concedió esta semana a la revista Vanity Fair junto a su mujer, Eva Cárdenas. Los comentarios no han llegado tanto por el contenido de la conversación, que también ha dejado varios titulares, como por una de las imágenes de la misma.
Se trata de una fotografía en la que se puede ver al presidente del primer partido de la oposición sentado n un sofá leyendo prensa internacional. A su alrededor, un montón de periódicos ingleses y alemanes.
Los usuarios no han perdido la oportunidad de recordar el nivel de idiomas del que disfruta el responsable de la formación con sede en Génova 13 -que él mismo ha demostrado en algunas de sus intervenciones- y, a partir de ahí, dar rienda suelta a la sorna y la imaginación.
De los comentarios en la mencionada red social destacan algunos de rostros conocidos como el de Rosa Villacastín, una de las personas más críticas con la derecha en internet -también en declaraciones a medios de comunicación y en público-. “¡Me parto! No se puede hacer más el ridículo”, ha emitido.
Al igual que ella, cientos de usuarios han tirado de ironía para describir la escena. De esta manera, basta con echar un vistazo rápido para ver algunos de los comentarios que se adjuntan a continuación de estas líneas.
Feijóo reconoce que tiene un “problema” con el inglés
El propio Feijóo ha confesado en alguna que otra ocasión que tiene un “problema” con el inglés. Sin ir más lejos, coincidiendo con las elecciones generales anticipadas de julio del año pasado, el expresidente de la Xunta lo reconoció tal cual en una entrevista con Ana Rosa Quintana.
Por aquel entonces, el asunto lingüístico salió en mitad de la entrevista. El político popular empezó a hablar de la cultura y las lenguas y a situar a España como “uno de los países más poliédricos y antiguos” del mundo y a él como una persona “bilingüe”, pero no desde el punto de vista internacional, sino porque había “practicado y hablado gallego en todas sus actuaciones institucionales”.
A renglón seguido, aseguraba que su “problema” residía en el inglés, y prometía estudiarlo, porque era su “obligación” como líder de la oposición, pero, sobre todo, si hubiera llegado a la Moncloa.
Al ser preguntado por la presentadora si estaba ya trabajando en la materia, el líder del PP respondió descargando responsabilidades -aunque, todo sea dicho, con un toque de humor- sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Justamente tenía ya el profesor para el lunes y resulta que me convocan elecciones”, dictaba, aseverando que “no pasaba nada” y que iba “a trabajar” en ese sentido.
“Las cumbres internacionales se hacen normalmente con traductor”
Ese mismo día, Feijóo puso el foco en las cumbres internacionales, seguramente los eventos más importantes por los que los representantes de un país tienen que saber, mínimo, inglés; o al menos es recomendable.
Para él, lo “importante” cuando se acude a estos sitios es que el resto de los participantes entiendan “muy bien” lo que se quiere decir. Y para esto, el gallego consideraba que nunca habría impedimento porque “normalmente se hacen con traductor”.
Apostilló, además, que él no iba a tener “ningún problema” el expresarse “en la segunda lengua del mundo”, que es el español. Esto último no es del todo cierto, ya que en número de hablantes el español se ve superado por el inglés, el chino mandarín y el hindi, aunque sí es cierto que está reconocida como la segunda lengua materna del mundo, con 450 millones de hablantes nativos y superada solo por el chino mandarín.
En cualquier caso, en nuestro país la relación de los presidentes del Gobierno con el inglés no ha sido demasiado buena, a menos hasta la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, a quien sí sele ve con soltura a la hora de hablar el idioma.