Óscar Puente no ha podido contenerse. Desde su actual baja por paternidad, el ministro de Transportes ha reaparecido este martes con una de sus publicaciones más incisivas en la red social X. Su dardo va dirigido directamente al juez Juan Carlos Peinado, instructor del caso contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, a quien el magistrado ha llegado a dar por muerta en el escrito de exposición razonada que ha elevado al Tribunal Supremo.
“En el tanatorio por la muerte de Begoña Gómez”, ha escrito Puente, repitiendo literalmente la sorprendente frase que figura en el texto judicial. A renglón seguido, el ministro ha ironizado: “Parece que en la exposición razonada del juez Peinado le ha traicionado el subconsciente”.
La reacción del ministro ha incendiado las redes, en un contexto ya marcado por la creciente crispación política y las dudas sobre la imparcialidad de ciertas actuaciones judiciales. En cuestión de minutos, el comentario se viralizó, generando tanto aplausos como reproches, y multiplicando las referencias al lapsus del juez.
Un error judicial de alto voltaje
La frase, en apariencia inverosímil, no ha sido una invención del ministro. Se encuentra literalmente en la exposición razonada que el juez Peinado ha remitido al Tribunal Supremo para solicitar que se investigue a Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, por presunto falso testimonio y malversación. En ese documento, Peinado escribe que Bolaños “coincidió en alguna ocasión” con la esposa de Sánchez y su asistente, Cristina Álvarez, y añade: “La última fue en el tanatorio por la muerte de la Sra. Begoña Gómez”.
Todo apunta a que el magistrado quiso referirse al funeral del padre de Begoña Gómez, donde efectivamente se produjo un encuentro entre los implicados. Sin embargo, el error no ha pasado desapercibido y ha servido como síntoma del clima de excepcionalidad con el que se está desarrollando este proceso judicial.
La respuesta de Puente no ha sido la única reacción política al desliz. Desde Esquerra Republicana, Gabriel Rufián ha denunciado con ironía el episodio y la estrategia judicial que lo acompaña. “El juez Peinado dice que Bolaños p’alante porque conoció a la asesora de Begoña Gómez en el tanatorio por la muerte de Begoña Gómez. Repito. En el tanatorio por la muerte de Begoña Gómez”, ha escrito el diputado catalán. “Yo entiendo que van con todo, pero un mínimo de decoro sería exigible”, ha sentenciado.
La errata ha servido, para muchos, como prueba del desorden jurídico en el que se está moviendo esta causa. El hecho de que el juez, sin esperar a que el Supremo dé luz verde, utilice hasta una decena de veces el término “investigado” para referirse a Bolaños —a pesar de su condición de aforado— ha despertado aún más recelo.
Una causa que suma delirios
Este incidente no es un caso aislado dentro del escrito judicial. El propio Peinado sostiene que existen “indicios sólidos” para abrir una nueva línea de investigación contra Bolaños por la contratación de Cristina Álvarez, asistente de Gómez. A pesar de que el ministro solo ha reconocido que coincidió con ambas “una, dos o tres veces”, el juez vincula esa presencia a una posible irregularidad que justifique la imputación.
Sin embargo, según establece la ley, cualquier procedimiento contra un aforado como Bolaños debe pasar por el filtro del Supremo antes de poder ser considerado formalmente como “investigado”. El uso reiterado de este término, sin cobertura legal, ha sido interpretado por juristas y analistas como una maniobra que excede el margen permitido.
El comentario de Óscar Puente ha puesto el foco en una cuestión más amplia: hasta qué punto ciertas investigaciones judiciales pueden estar contaminadas por intereses políticos. Su sarcasmo, lejos de ser un exabrupto aislado, parece apuntar al trasfondo de una causa que ha despertado más preguntas que certezas. Y que, como demuestra la frase “en el tanatorio por la muerte de Begoña Gómez”, está traspasando los límites de lo verosímil.