La novena y penúltima película de Quentin Tarantino cuenta como un conocido actor que se hizo popular por una serie wéstern, decide dejarla para intentar abrirse camino en Hollywood. La época en la que transcurre la trama son los tardíos años 60, donde el movimiento hippy está cada vez más popularizado.

El actor Rick Dalton, interpretado por Leonardo DiCaprio, es vecino de los Polanski recién casados: un joven director polaco y su mujer, la prometedora actriz Sharon Tate, a quien da vida Margot Robbie. Paralelamente, el doble de Dalton en sus series y películas, y chófer ocasional, Cliff Booth, el papel que interpreta Brad Pitt, conoce a una joven que forma parte de la secta 'La Familia Manson' que formó el psicópata y sociópata Charles Manson.

Y hasta aquí la sinopsis. Ya que, como toda película de Tarantino, tiene su parte de absoluta ficción y su base histórica, siendo esta última el asesinato perpetuado por tres fieles de 'La Familia' que asesinaron, estando embarazada de ocho meses y medio, a Sharon Tate en su casa de Hollywood, quien apenas tenía 26 años. Además, mataron brutalmente a otros tres artistas, amigos de la actriz, que la acompañaban mientras su marido rodaba una película fuera del país.

Cincuenta años después de perder a su mujer y a su futuro hijo o hija a manos de la secta de Manson, Roman Polanski se enfrenta a que esta película trate su tragedia. Por lo que sería natural que se pronunciara al respecto. Sin embargo, el experimentado director de 86 años ni ha visto el film ni ha querido declarar nada hasta el momento.

Para llevar a cabo la cinta, Tarantino no creyó necesario pedirle un consentimiento expreso al director polaco “creo que la historia de su muerte (la de Sharon Tate) y la tragedia de los Manson se han convertido en historia con todas las de la ley. Creo que la importancia histórica supera la de su tragedia personal, y pensé que estaba bien profundizar por ese lado” confesó en una entrevista con el medio estadounidense Deadline.  “No quería llamarlo y hablar con él sobre lo que escribía porque no quería pedirle permiso. Iba a hacer la película de todas formas” aseguró Quentin Tarantino, caracterizado por romper siempre con las reglas y los estándares.

Tal y como ha informado El Huffington Post, un amigo de Polanski contactó con el director de Érase una vez en... Hollywood una vez que ya había comenzado la producción de la cinta, pero el intermediario entre ambos solo le transmitió que "Roman no estaba enfadado y no tenía intención de regañarme ni nada, solo tenía curiosidad" reveló Tarantino.