Lady Di dejó una fuerte impresión en la vida de los británicos y en la propia Familia Real, tanto que la presencia se la princesa se hacía notar aún después de su muerte, según desvela el biógrafo de los Windsor, Kenneth Rose, en su diarios íntimo, publicados ahora en forma de libro, que incluye el testimonio de la doncella personal de la Reina Isabel II, quien le relató que se practicó una sesión de exhorcismo en la habitación de una de las residencias reales por el que deambulaba el espíritu de la exmujer del príncipe Carlos.

De acuerdo con el relato de la doncella, los empleados se negaban a entrar en una de las habitaciones del palacio de Sandrigham porque estaba "embrujada". Para poner solución, la familia llamó a un párroco local para que realizara un servicio religioso que espantara  "la atmósfera perturbadora que habían detectado y que atribuían a la presencia de la princesa Diana después de su muerte”.

No querían un monumento a Diana

El biógrafo de los Windsor desvela también la oposición de miembros de la familia real al monumento que se planeaba levantar en Kensington, en Londres, en memoria de Diana, tras su muerte. Una de las más críticas fue la princesa Margarita, quien en junio de 1998 afirmó al escritor que "por supuesto que no lo queremos. Después de todo, ella vivía en la parte trasera de la casa, no en el frente". El rechazo a Lady Di o a Sarah Ferguson quedó reflejado en otra frase del mismo personaje: "Qué contenta estará la familia de deshacerse de las esposas, Diana y Fergie".

Las habitaciones separadas de Lady Di y Carlos

La relación de Diana con el Príncipe Carlos también ocupa páginas en el diario de Kenneth Rose, que relata cómo la madrastra de Lady Di le confesó sobre la pareja que "no parecen dos personas enamoradas. Tienen habitaciones diferentes y ella nunca parece querer tocarlo. Cuando él dice: 'Dame un beso', ella no responde". El biógrafo escribe también sobre "el aburrimiento de Diana", ya que el príncipe "sale a las nueve para disparar o pescar y ella no lo vuelve a ver hasta las siete de la tarde", según le contó en 1981, Dake Hussey, más tarde presidente de la BBC.

El biógrafo narra también cómo Lady Di intentó comunicarle a la Reina su intención de separarse del príncipe Carlos. "Ocurrió durante la cena del primer ministro en Spencer House. Diana pidió ver a Isabel II antes de la cena para decirle que quería separarse de Carlos. Pero la monarca tenía prisa por vestirse, así que le dijo que la discusión tendría que reanudarse en el palacio al final de la noche. La reina tuvo que sentarse a cenar con los primeros ministros e incluso hablar conmigo. Es sorprendente cómo, en esas circunstancias, se mantuvo tan serena y alegre. Los de Gales [Diana y Carlos], en comparación, estaban rojos y agitados".