La participación en Cuatro al día de la joven que aseguraba desoír las obligaciones de distanciamiento social y mascarilla, ha provocado una discusión entre el presentador del programa, Joaquín Prat, y el expolítico, Juan Carlos Monedero.

La joven aseguraba que no iba a cumplir las medidas, porque no iba a permitir que los políticos la controlaran. "Yo no me voy a poner la mascarilla en un botellón y punto. No soy una marioneta de los políticos", decía. Asimismo, no dudó en enfrentarse también a Salvador Espinosa, un médico del SUMMA que contrajo coronavirus hace unos meses y todavía padece las secuelas.

El politólogo aprovechó su turno en la tertulia para reflexionar sobre lo que ocasiona ese tipo de comportamientos incívicos. "Escucho a esta chica y tengo la sensación de que es una víctima. Me recuerda a las otras descerebradas que insultaron en el metro a unos inmigrantes. Me parecían víctimas a las que se había robado la posibilidad de entender su propio mundo. Lo veo más como un fracaso nuestro, más que una culpa de ella", argumentaba mientras lanzaba un dardo contra los medios de comunicación. "Algo de culpa tienen cuando hacen algo tan poderoso como ponerle un altavoz a una persona que no está preparada", remataba.

"¡Qué narices tiene, Juan Carlos!", le interrumpía Prat, visiblemente molesto por escuchar ese comentario del contertulio. "Nos parecía que el testimonio de Mónica era relevante respecto de las razones que llevan a algunos a hacer botellón y saltarse la ley a la torera y por eso la invitamos a participar", justificaba.

"Pero son personas muy jóvenes y sin formación, que no saben explicarse y hablan muy mal, sin profundidad intelectual, porque además las expresiones que utilizan las utilizan mal", decía, poniendo en el centro del debate la responsabilidad "que tenemos todos". "Después de esta exposición tan larga te has quedado sin tiempo", cortaba Prat.

"Se trata de pensar en el prójimo y eso no te lo da una universidad", continuaba el presentador. "Ahora todos somos víctimas y el verdugo es el periodista de turno", decía cada vez más enfadado. "Tienes unos cojo... Es la segunda vez que me lo haces".