Albert Rivera no ha negado ni confirmado su relación con la cantante Malú, pero todo parece apuntar a que pronto lo harán oficial. Según publica Vanitatis, la pareja tiene previsto hacer una aparición pública casual, sin posados ni comunicados oficiales, para confirmar así su idilio. De hecho, según el citado medio, existe una estrategia diseñada para hacerlo público que incluía, entre otras cosas, esperar hasta después de las elecciones del 28A.

Fueron los propios asesores de Rivera los que le recomendaron esperar, y en este sentido, el candidato naranja ha seguido su consejo y nunca ha confirmado la relación. “He salido de una relación de cuatro años y ahora estoy empezando otra”, le dijo a Susanna Griso durante una entrevista. 

Y en la misma tónica se pronunció con Bertín Osborne, quien le preguntó si “es verdad lo de mi amiga Malú y tú”. “Yo respeto la libertad de todo el mundo y me alegro de vivir en un país en el que cada uno puede tener la vida privada que elige”, respondió Rivera.

Su nidito de amor

Los dos han llevado su amor con gran secretismo, aunque este está próximo a desaparecer. Según desvela Pronto, la cantante y el líder de Ciudadanos tienen previsto mudarse a una casa que ha alquilado la artista en La Finca.

El traslado se produciría después de las elecciones del 28 de abril. A partir de esta fecha, Malú y Albert Rivera podrían hacer su primera aparición juntos y hacer oficial su relación tras meses de rumores.

Según la revista, fuentes del partido han asegurado que “si se le puede llamar así, ese noviazgo marcha viento en popa”. Sin embargo, según estas informaciones, “se ven poco porque Albert está dedicado por entero a la campaña electoral, pero hablan por teléfono todos los días”.

La casa se ubica en una de las zonas más exclusivas de Madrid, en La Finca. Dispone de cinco habitaciones, piscina, jardín, bodega y dos salones y su alquiler asciende a los 3.500 euros al mes. Se trata de una ganga si se tiene en cuenta que el precio de urbanización puede alcanzar los 25.000 euros mensuales.

El futuro hogar de la pareja pertenece a una de las amigas del político, concretamente a las hermanas García Cereceda, hijas del impulsor de la urbanización.