La convivencia en la Academia de Operación Triunfo 2025 no está exenta de debates y roces, y en apenas dos semanas de concurso ya ha emergido un protagonista indiscutible de la polémica: Iván Rojo. El joven vallisoletano, nominado y pendiente de la expulsión junto a Claudia Arenas, ha generado un intenso debate dentro y fuera del programa por unas declaraciones sobre las lenguas cooficiales en España.

Durante una conversación con varios compañeros, Iván Rojo aseguró que si viajaba a Mallorca y no entendía el idioma local, lo lógico sería que se dirigieran a él en castellano, ya que, en sus palabras, el mallorquín “no es una lengua oficial”. Sus palabras provocaron una reacción inmediata de Max Navarro, de origen catalán, y Martín Tinho, gallego, quienes le recordaron que “cooficial significa que es oficial” y defendieron la necesidad de comprender el contexto cultural de cada comunidad autónoma.

Max fue tajante al señalar que, cuando alguien viaja a otra región en busca de oportunidades, “lo normal es que respete su cultura y su idioma”. Además, explicó que en lugares como Mallorca o Cataluña es habitual que un trabajador tenga mayores posibilidades de empleo si domina tanto la lengua local como el castellano. “Eres tú el que ha ido a su región a buscar una oportunidad”, remató el catalán, subrayando que la convivencia bilingüe es una realidad consolidada en esas comunidades.

Tinho, por su parte, intervino para rebajar la tensión y aportar un ejemplo personal. “En Galicia hay veces que hablo en gallego y alguien no lo entiende, y lo normal es mantener el respeto. Si es con educación, no hay problema”, señaló el joven, destacando que no se trata de imponer el uso de una lengua, sino de comprender su valor cultural y social.

Iván, sin embargo, mantuvo su postura. Argumentó que, cuando hay problemas de comunicación, lo más razonable es recurrir al castellano como idioma común entre todos los españoles. Fue más allá al afirmar que una isla tan turística como Mallorca “no se podría mantener” si se pidiera a todos los trabajadores hablar mallorquín. Sus palabras chocaron con las de sus compañeros, que insistieron en que el uso de la lengua propia no excluye, sino que suma en términos culturales y de identidad.

El debate no se quedó dentro de la Academia. Las declaraciones de Iván se viralizaron rápidamente en redes sociales, donde muchos usuarios expresaron su desacuerdo. La polémica llega en un momento delicado para el vallisoletano, que mañana se enfrenta a la decisión del público sobre su continuidad en el programa. Su perfil se ha ido consolidando como el de un concursante controvertido, con una actitud que algunos espectadores tachan de altiva y que ha alimentado su imagen de “villano” televisivo. Sus comentarios sobre las lenguas cooficiales no han hecho más que reforzar esa percepción.

Más allá de la discusión en sí, lo sucedido refleja un debate más amplio que sigue presente en la sociedad española: el de la convivencia entre el castellano y las lenguas cooficiales como el catalán, el gallego o el euskera. La Constitución reconoce su oficialidad en las comunidades autónomas donde se hablan, y cada territorio ha desarrollado políticas propias para garantizar su uso y preservación. En este contexto, las palabras de Iván Rojo han sido interpretadas por muchos como una falta de sensibilidad hacia esa pluralidad cultural y lingüística.

Ahora será el público quien decida si Iván continúa su camino en el concurso o se convierte en el primer expulsado de la edición. Lo que ya parece claro es que, abandone o permanezca en la Academia, el joven vallisoletano ha conseguido situarse en el centro de la conversación mediática y social, una posición que, en un formato como OT, siempre tiene un impacto decisivo.

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