Isabel Díaz Ayuso ha pasado el fin de semana en un chalet de Rascafría que le costó 4,3 millones de euros a la Comunidad de Madrid. En su regreso a la capital, durante un acto en las instalaciones deportivas del Canal de Isabel II, la presidenta madrileña se presentaba como víctima de una nueva persecución política y justificaba su estancia asegurando que se llevó el "tupper de mi casa". Gonzalo Miró se mostraba muy tajante y auguraba desde Más Vale Tarde que pasará a partir de ahora.
El programa de laSexta analizaba las palabras de la popular tras ser preguntada por la prensa sobre su estancia en el chalet de Rascafría. Uno de los más rotundos fue Gonzalo Miró, que lanzó su propia teoría: "Yo auguro que esto es solo el inicio", arrancaba.
El colaborador señalaba que es "normal" que Ayuso "haga lo que hace" y explicaba el por qué de sus palabras: "En cuanto la gestión política no ha habido nada que le haya pasado factura, ni siquiera dejar morir en las residencias a los ancianos que no tenían dinero, favorecer a los ricos y perjudicar a la gente que no llega a fin de mes, conseguir que todo su entorno familiar o amoroso se llene los bolsillos a costa de la Comunidad de Madrid, insultar al presidente constantemente, hacer viajes al extranjero a costa de los madrileños".
"¿Por qué no se iba a gastar cuatro millones de euros en comprar un sitio donde ir de vacaciones? ¿Por qué no? Si no ha habido absolutamente nada que le pase factura, ¿por qué va a dejar de hacer estas cosas?", se preguntaba. Marina Valdés retomaba uno de los argumentos de Miró y apuntaba a que "Ayuso siempre está rivalizando con Sánchez, pero es que le ha criticado abiertamente por utilizar los lugares de vacaciones que son patrimonio nacional como Quintos de Mora en Toledo, hablando de los 'palacetes' de Sánchez".
"Sí pero pensar que Ayuso no va a ser hipócrita o cínica con las críticas que hace, cuando realmente cada vez que hace una crítica a alguien es porque ella está haciendo exactamente lo mismo o peor. Es su manera de operar, siempre hace lo mismo. Entonces pensar que, moralmente, como ha criticado a Sánchez ella no va a hacer lo mismo, me parece pecar de ingenuidad", sentenciaba Miró.
Gonzalo Miró augura que el descubrimiento del casoplón del que disfrutó Ayuso con el dinero de los españoles, es solo el inicio. pic.twitter.com/Ry8Was5OiM
— αnhgi (@Anhgi_) July 21, 2025
El chalet de 4,3 millones de euros
La vivienda en la que Ayuso pasó su fin de semana, ubicada en la finca Término de El Paular en Rascafría, fue adquirida en el marco de una operación para proponer la ampliación del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Aunque la propia Comunidad de Madrid ha calificado al chalet como “muy austero”, en un vídeo promocional previo a la venta publicado por la propia agencia inmobiliaria Sauber Real Estate, muestra una casa en excelente estado, con salón con chimenea, comedor para ocho personas, tres habitaciones dobles, tres baños y una suite con despacho. De hecho, algunas fuentes lo describen como un “casoplón”, distando así de la versión oficial.
Antes de que se conociera el uso que Isabel Díaz Ayuso dio a lo que inicialmente se presentaba como un plan para aliviar la presión turística, la presidenta madrileña ya había intensificado sus críticas hacia Pedro Sánchez, acusándolo de “vivir en cuatro palacios”. Esta acusación la repitió en múltiples ocasiones, especialmente tras la decisión del presidente del Gobierno de permanecer en su cargo tras un periodo de reflexión de cinco días. Ayuso llegó incluso a enumerar los “palacetes” de Las Marismillas, La Mareta, La Moncloa y Doñana, reprochando que “todos los españoles” costearan dichas residencias. No mencionó la finca de Quintos de Mora, que confundió con Doñana y Marismillas —ambas ubicadas en el mismo enclave—, lo que probablemente se debió a un lapsus.
Por otro lado, en su momento Ayuso también dejó caer la idea de que la Comunidad de Madrid debería hacerse cargo de una residencia oficial para el presidente autonómico en ejercicio. Lo expresó en el Parlamento, en medio del revuelo generado por la reforma irregular del piso de su pareja, Alberto González Amador, implicado en un presunto fraude fiscal por el cual actualmente se encuentra procesado. Durante ese tiempo, la presidenta presumía de haber vivido “casi 20 años” de alquiler y otros cinco pagando su propia vivienda. “No como hace la mayoría de los que tengo enfrente, especialmente ministros a los que les pagamos absolutamente todo, que a lo mejor es lo que tendría que empezar a hacer el Gobierno de la Comunidad de Madrid”, afirmó la dirigente.