Hombre de calma impactante, discurso afilado e ideas por bandera. Bob Pop se ha convertido en una de las figuras mediáticas más transparentes e incómodas de nuestro país. Desde los guiones, la televisión, la radio o la literatura, Roberto Enríquez -como así figura en el DNI- ha hecho suyo un discurso en el que se fusionan la ironía, la vulnerabilidad y la lucidez política. Pop es todo un cronista de lo social que, sin dejar de lado el humor, no rehúye ni silencia debates incómodos. 

ElPlural.com ha podido hablar con el crítico televisivo tras su reciente postulado a la alcaldía de Barcelona con los Comuns. Una charla sin peros ni líneas rojas en la que Pop ha repasado su trayectoria profesional, se ha pronunciado sobre los ataques de la ultraderecha a TVE o, incluso, se ha mojado sobre la situación del Madrid de Ayuso y Almeida, ciudad que lo vio nacer.

Pregunta: Tras un primer año con Gemma Nierga en Hoy por Hoy, en 2021 regresaste al programa junto a Àngels Barceló. ¿Cómo sientes que han evolucionado tus intervenciones?

Respuesta: Siento que he ocupado otro rol, que gracias a la nueva etapa con Àngels, me han permitido jugar mucho más con los oyentes, tener contacto directo. Y ha sido una delicia encontrar la complicidad de Àngels. Con Gemma trabajaba más como crítico de tele y menos en contacto con los oyentes. Ahora me encanta que pregunten cosas, que juguemos a conocernos a través de la radio.

(P): Quizás la experiencia te permite sentirte más libre.

(R): Sí, tengo mucho menos que perder, aunque parezca lo contrario. Y ya no me empeño en pensar qué esperan de mí, sino que asumo que si me han llamado es porque saben lo que hago.

(P): ¿Cómo preparáis la sección? ¿La selección de temas la haces tú, hay un consenso con Àngels?

(R): Yo trabajo con una redactora y todas las semanas, Eva me dice las llamadas que hay o los temas que pueden salir o sobre los que la gente ha enviado mensajes. Sobre eso seleccionamos, pero trabajamos mucho con lo que entra en directo. Y lo que entra en directo no hay manera de prepararlo, vamos a saco y a improvisar.

Ya no me empeño en pensar qué esperan de mí

(P): ¿Cómo es gestionar las reacciones en directo? Los oyentes son incontrolables

(R): Esto la gente lo tiene que saber. Hay un equipo de producción y de redacción detrás que cogen los teléfonos y tienen ya un conocimiento enorme para saber cuando es una buena llamada para el programa o si va a ser un despropósito. Ahí tengo la suerte de tener un filtro magnífico y todo lo que sale de la antena es oro.

También me gusta mucho improvisar y siento que a Àngels también. Se convierte en un momento de libertad y de pensar en voz alta muy divertido.

(P): En la televisión se habla mucho de Ana Rosa y su título de 'reina de las mañanas', y lo cierto es que, en las ondas, los datos demuestran que sois los reyes de la mañana.

(R): Àngels es la auténtica reina de las mañanas, solo que es una reina mucho más discreta.

(P): Yéndonos al terreno televisivo, vuelves a vincularte a TVE a través de la nueva programación de 2Cat, donde codirigirás, con Candela Peña, Una tarda amb... ¿Cómo estás viviendo los ataques continuos a la pública?

(R): Televisión Española está demostrando que lo que decían que la gente quería no es verdad. Que la gente no quiere bulos, que la gente no quiere tertulias fascistas sino que quiere a gente plural hablando y explicando las mentiras que nos quieren colar. En ese sentido, TVE está funcionando con la responsabilidad de un medio público.

Àngels Barceló es la auténtica reina de las mañanas, solo que es mucho más discreta

(P): Recientemente te has postulado a la alcaldía de Barcelona con los Comuns. ¿Se ha producido algún movimiento desde que lo anunciaste?

(R): Sí, he hablado con la ejecutiva. Tengo una reunión con ellos la semana que viene y ahí vamos poco a poco para aprender todos los mecanismos de democracia interna del partido y someterme a ellos.

(P): ¿Cuáles serían tus primeras propuestas de cambio? 

(R): Una regulación de la vivienda. Ver todo lo que se puede hacer para la vivienda social, para limitar el precio de los alquileres, para evitar la especulación. Todo aquello que parece imposible intentar hacerlo posible. Si llegara a la alcaldía, me gustaría plantear una forma de hacer política donde la ciudad sea de la gente y sea un espacio de convivencia. Y, sobre todo, entender que en un mundo cada vez más hostil, nuestra ciudad pueda ser un refugio y una prolongación de nuestra casa.

(P): ¿Estás preparado para que se diga que es una maniobra mediática?

(R): Estoy preparado para que me digan lo que sea porque yo tengo muy claro lo que quiero hacer. No necesito esta clase de maniobras mediáticas. Lo que quiero es reflexionar sobre por qué está tan desprestigiada la política institucional que a todo el mundo le parece tan raro que alguien como yo se plantee entrar en política institucional de primera línea.

¿Qué estamos haciendo con la política? ¿Por qué la hemos convertido en un lugar tan denostado y tan cruel? ¿Por qué hay que pagar tantos precios por poner la cara y el cuerpo?

He hablado con los Comuns y tendré una reunión con ellos

(P): Gran parte de la sociedad piensa que, actualmente, cualquiera puede hacer política.

(R): Es que tendría que ser así. Todos hacemos políticas constantemente, otra cosa es que no hagamos política institucional. La democracia consiste en eso, en que todos nos podemos plantear asumir esa responsabilidad y ese reto. ¿Por qué no? No hay granjas de políticos. No es como el Barça que tiene su cantera, de donde salen los jugadores. La vida nos hace políticos.

(P): Asegurabas que Barcelona “es una ciudad en la que se pueden hacer cosas y cambiar las cosas”. ¿Cómo ves la criminalización que se ha atribuido a la ciudad?

(R): Viviendo aquí, conviviendo aquí, entendiendo que yo llevo 20 años en esta ciudad y jamás he vivido esas experiencias. Camino por El Raval, bueno voy en silla de ruedas, y nunca he sentido inseguridad. Es un elemento más del desprestigio de una ciudad con un gobierno progresista. De hecho, ha cambiado mucho el foco en la inseguridad desde el cambio de alcaldía. Con Ada Colau era un lugar en el que te macheteaban cuando te ibas a la calle y con la nueva alcaldía de Collboni nadie está hablando de eso. Fue un elemento para atacar las políticas de Colau.

Esta criminalización del otro también tiene que ver con el auge del fascismo. De repente, nos planteamos como imposible una comunidad porque nos hacen odiar al extraño. ¿Cómo vas a crear un espacio común de convivencia y de encuentro cuando te están diciendo que la persona que tienes al lado es una criminal?

(P): Tú eres madrileño, ¿crees que en un lugar como Cataluña, donde hay un sentimiento de pertenencia tan férreo, puede perjudicarte no ser de allí? 

(R): No quiero meterme en política institucional para agradar a todo el mundo. Quiero saber si soy útil. Si la gente considera que no pinto nada es tan fácil como no votar y yo entenderé el mensaje. Pero me gustaría creer que hay algo que podemos ir cambiando.

Madrid es una superproducción donde los ciudadanos son extras muy mal pagados

(P): Has asegurado que Madrid ha dejado de ser tu ciudad porque se ha convertido en un lugar "muy hostil". ¿Crees que hace falta un relevo al Madrid de Almeida y de Ayuso?

(R): Por supuesto. Madrid ha demostrado que, como ciudadanía, sigue siendo el lugar que yo recuerdo como mi ciudad. El gran problema es que es una ciudad absolutamente privatizada y donde la ciudadanía ha dejado de ser muy importante para quienes lo gobiernan. Se gobierna simplemente porque hay mucho presupuesto. Madrid es una superproducción donde los ciudadanos son extras muy mal pagados.

(P): Varios titulares se han referido a ti como el "sucesor de Ada Colau". ¿Te gusta el título?

(R): Me parece bien porque Ada Colau es un referente político. No olvidemos que Colau viene de la lucha contra los desahucios, de una militancia potentísima que puso sobre la mesa un problema que todavía sigue existiendo y que nadie ha resuelto. Fue una alcaldía donde se recuperó la humanidad de la ciudad. Ojalá fuera una cuarta parte de bueno y de valiente que Ada Colau. No sé cómo le sentará a ella, pero a mí desde luego me honra.

(P): ¿Has podido hablar con ella desde que se embarcó en la Flotilla?

(R): Hemos hablado, pero todavía está con todo lo que ha vivido y, sobre todo, con compañeras que siguen allí. Está planteando su trabajo y su militancia sobre los métodos fascistas del Estado israelí, es el trabajo que ahora tiene que seguir llevando a cabo y no dejar que eso se olvide pese a este plan de paz inmobiliario.

Ojalá fuera una cuarta parte de bueno y de valiente que Ada Colau

(P): Para cerrar el tema de la alcaldía, ¿has pensado todo lo que tendrías que sacrificar?

(R): He pensado en por qué habría que sacrificar. Quiero entender por qué sacrificar las cosas. Es decir, quiero saber si es realmente como tiene que ser o si hemos construido unos sistemas que pueden variarse. Yo también puedo hacer políticas desde el Ayuntamiento y seguro que eso me lleva todo el tiempo, pero hasta la alcaldía hay mucho proceso. Se supone que quedan dos años para las elecciones, y yo tengo que trabajar. Yo no quiero dejar mi vida porque cuando la dejamos por la política dejamos de vivir la realidad. Qué clase de políticos seremos si no conocemos el día a día.

(P): Después de tantos años de carrera y tantos palos tocados. ¿Dónde te sientes más Bob Pop?

(R): La radio y el teatro son mis dos espacios de libertad, son lo que más me deja ser yo.

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