Con España como el país con la segunda tasa de paro más alta de la Unión Europea, encontrar trabajo se ha convertido en una de las actividades clave para muchas personas. Por eso, hemos recogido algunas de las claves para los empleos del futuro, según el informe The Future of Jobs del Fondo Monetario Internacional [FMI], elaborado a partir de una encuesta en la que han participado miembros de la alta dirección de empresas de todo el mundo.


La Covid-19 destruyó más de 600.000 empleos en 2020 y situó la tasa de paro en el 16,1 por ciento, según datos de la encuesta de población activa [EPA]. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional sitúa la cifra en el 16,8 por ciento en este mes de enero, solo superada en la UE por el 18,3 por ciento de Grecia.


Según el FMI, “los confinamientos y la consecuente recesión global de 2020 han creado un panorama de alta incertidumbre para el mercado laboral y ha acelerado la llegada del trabajo del futuro”.

Desaparecerán 85 millones de trabajos pero se crearán 97 millones de nuevas profesiones

Acelerón tecnológico

El informe destaca el acelerón experimentado por la tecnología durante la pandemia y señala que no solo se mantendrá, sino que puede acelerarse en algunas áreas: “La adopción de cloud computing, big data y e-commerce continúa siendo una de las principales prioridades para la alta dirección de las empresas, como continuación a una tendencia establecida en años anteriores. Sin embargo, ha habido también un incremento significativo en el interés por la encriptación, los robots no humanoides y la inteligencia artificial”, añade.

Un escenario que califica de “doblemente disruptivo para la fuerza laboral”, en el que 85 millones de trabajos desaparecerán por la división de trabajo entre humanos y máquinas, pero se crearán 97 millones de nuevas profesiones más adaptadas a esa colaboración con robots y algoritmos.

Cuatro de cada diez trabajadores necesitarán actualizar sus habilidades en seis meses o menos

Habilidades más valoradas

Según el FMI, las habilidades más valoradas no serán los conocimientos, sino el pensamiento crítico, la capacidad analítica y la resolución de problemas. Por otro lado, será cada vez más necesario saber auto gestionarse, a través de la formación activa, la resiliencia, la tolerancia al estrés y la flexibilidad: “De media, las compañías estiman que alrededor de un 40 por ciento de los trabajadores necesitarán actualizar sus habilidades en seis meses o menos; y un 94 por ciento de la alta dirección afirma esperar que sus empleados adquieran nuevas habilidades en el trabajo”.  

Todos estos cambios pueden tener consecuencias negativas: “En ausencia de esfuerzos proactivos, es probable que la desigualdad se agudice por el doble impacto de la tecnología y la recesión provocada por la pandemia. Los empleos desempeñados por trabajadores con salario mínimo, mujer y jóvenes sufrirán el mayor impacto en la primera fase de la contracción económica”. También las personas con niveles educativos más bajos lo sentirán más.

La desigualdad puede agudizarse por el doble impacto de la tecnología y la recesión

Formación

Una de las opciones para adaptarse es la formación online. El informe señala que “se ha multiplicado por cuatro el número de personas que buscan oportunidades para formarse online de forma proactiva y por cinco las provisiones de las empresas”.

Pero “quienes están en paro y buscan empleo la ven de otra forma”, explica. En su caso, la formación se centra en análisis de datos, informática y tecnologías de la información.

Es el momento de ponerse las pilas, porque “la ventana de oportunidad para actualizar las competencias y mejorarlas se ha acortado en el nuevo mercado laboral constreñido. Esto aplica tanto a quienes tienen más probabilidades de mantenerse en sus puestos, como a quienes se arriesgan a perderlos debido al desempleo creado por la recesión”.

El informe también destaca que en el entorno Covid-19, los trabajadores se han segmentado en tres categorías: trabajadores esenciales, en remoto y desplazados de forma temporal ahora y potencialmente en el futuro. Estos últimos se encuentran “de forma desproporcionada en los sectores más afectados de forma negativa por la pandemia: hostelería, comercio minorista, servicios y turismo”.