Según las previsiones del Instituto Nacional de Estadística, en 2055 el porcentaje de población española de 65 años y más se situará en el 30,5%, frente al 20,4% que se registraba en 2024.

En 2055 casi 1 de cada 3 españoles tendrá 65 años o más

No es de extrañar que mejorar la calidad de vida de las personas mayores sea una de las preocupaciones más presentes en nuestra sociedad. Pero hay gente que va un poco más allá y pone en marcha un proyecto para dar soluciones.

Es el caso de Manuel Acevedo, un tinerfeño afincado en pleno Silicon Valley, que es el fundador de Helpful Villages, una solución para el envejecimiento en tu propio hogar, que acaba de recibir uno de los tres premios a la Innovación Social de la Fundación MAPFRE.

Envejecer en casa

Acevedo habla con la soltura de quien lleva tiempo codeándose con la élite del emprendimiento en la aceleradora de proyectos de la universidad de Southern California [USC], en Berkeley, en la que además enseña a sus alumnos cómo puede ayudar la tecnología al proceso de envejecer en tu propio hogar.

Una situación que ha vivido de primera mano. Me cuenta cómo su madre, a los 63 años, tuvo que pasar por una operación de rodilla y no podía hacer su trabajo en los viñedos de la familia.

“Pero ella no quiere quedarse en casa sin hacer nada. Prefería el dolor físico de las rodillas al dolor psicológico. Me pidió que le prometiera que no la iba a mandar a una residencia de ancianos”, relata.

Tres pilares

Me explica que las personas mayores necesitan apoyarse en tres pilares. El primero es “el propósito en la vida, porque nadie nos enseña qué es la jubilación. Decimos como de broma que estamos de vacaciones, pero no es eso”.

El segundo es la autonomía: “Ella quería vivir su vida, como le diese la gana, en su casa. Pero sola no puede. Te puedes quedar en tu casa, pero no sola, con una estructura de apoyo”.

El tercer punto fundamental es interactuar con otras personas, evitar el aislamiento que supone en muchas ocasiones quedarse en casa, solas: “Propósito, autonomía y socialización. Con esos tres ingredientes, se puede alcanzar un envejecimiento sano”.

Buscar la solución

Acevedo tenía claro lo que quería conseguir, “pero en ese momento, no tenía la solución”, recuerda. Acababa de llegar a Berkeley, en busca de oportunidades: “Estudié Telecomunicaciones en Suiza. Allí monté mi primera startup, pero nuestro competidor americano levantó 200 millones de dólares y nosotros, no. Así que, me fui a Estados Unidos”.

El primer paso fue “investigar. Encontré un concepto que se había creado en Boston hace 20 años: el Village Movement”. Un grupo de personas mayores se unieron para crear una comunidad de apoyo mutuo, para que todas pudieran vivir en sus casas.

“Es un grupo, ya hay socialización; para que seas autónoma y puedas vivir en tu casa. Y lo mágico es que el propósito es ayudar a otros miembros del grupo a quedarse en su casa. Así que, ya resuelves los tres problemas del envejecimiento”, dice con su mezcla de términos en español y en inglés por la que pide disculpas.

Realidad

Una vez identificado un posible modelo, “me dirigí al village local para interesarme y aprender. Me hice voluntario y me di cuenta de cuáles son los problemas del envejecimiento. Porque yo vengo de la tecnología”, dice con un toque de humildad.

Sin embargo, no era lo ideal: “Este concepto es milagroso, pero no tenía herramientas. Tienen que llamar a la oficina y la oficina buscar a un voluntario… Sin tecnología, solo es accesible para las áreas con alto poder adquisitivo. Por eso existía en los barrios más ricos de Boston y California”.

Tecnología para democratizar

Por eso, buscó la forma de democratizarlo: “Si lo haces sin tecnología, tienes que contratar a alguien. Pero, si todas las personas mayores se organizan y se ayudan, se ahorra ese coste”.

El sistema es bastante sencillo. Se crean los “villages”, entre personas que tengan una cierta cercanía física y que quieran ayudarse mutuamente, aunque también puede haber voluntarios externos.

Si alguien necesita ayuda con algo [por ejemplo, que la acompañen al médico], lo comunica en la comunidad y un voluntario se ofrece para realizar la tarea. Acevedo asegura que el beneficio es tanto para quien recibe la ayuda, como para quien la presta.

Eventos

El primer paso en estos villages, que ya están  funcionando en 35 estados de Estados Unidos, es crear un calendario de eventos. Las personas buscan socializar y “no aburrirse”.

A partir de ahí, es cuando surgen las peticiones de ayuda y los ofrecimientos para ser voluntarios.

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