Clara Fernández lleva toda la vida preparándose [quizá sin ser plenamente consciente de ello] para hacer lo que hace hoy: ayudara a que las personas mayores tengan una calidad de vida mucho mejor.

Lo lleva en la sangre: tanto su padre como su madre son médicos y su negocio familiar [si se puede calificar así] era lo que ella define como “una clínica para rehabilitación del dolor de espalda y de rodilla para personas mayores”. Ahora, no solo le ha dado la vuelta al concepto, sino que también lo ha llevado al mundo digital con el objetivo de mejorar el día a día ya no de 15.000 mayores [que son los que en la actualidad visitan cada año la escuela de longevidad del balneario de Cofrentes], sino de los 100 millones que hay en toda Europa.

Rosita ya cuenta con 7.000 usuarios que están llevando a cabo su estrategia de envejecimiento saludable

En salud, las claves de la innovación son diferentes

Ideas claras
Clara se hizo cargo de la clínica en 2012, “una época un poco turbulenta de crisis en España”. Tenía las ideas claras y las puso en práctica: “Empecé a evolucionar el concepto de lo que llamamos a veces medicina pasiva a activa, que educa a las personas para que entiendan lo que les sucede y aprendan a cuidarse por propia iniciativa”.

Ahora, su entrenadora de longevidad Rosita está en los móviles de 7.000 personas entre 60 y 75 años, para “enseñarles las claves para vivir más años con buena salud”. Su proyecto es uno de los finalistas de los premios Fundación MAPFRE a la innovación social.

Algo que no ha sido fácil porque, como ella misma señala, “en salud, las claves de la innovación son diferentes. No puedes hacer disrupción total, hay unos fundamentos y te tienes que basar en la ciencia”.

Aun así, hay algo que comparte con el resto del emprendimiento: “Lo más importante es ser cabezota, tener las ideas claras  y mucha inteligencia emocional, porque en salud innovas a través de personas, no de tecnología”.

Las personas mayores son son el 30 por ciento de la población, no son un segmento

Mucho por hacer
Clara asegura que las personas mayores son las grandes olvidadas: “Queda mucho por hacer. Se las clasifica como un segmento único y son el 30 por ciento de la población, no son un segmento”.

Y, además, la mayoría de los proyectos que se hacen con ellas, “se centran en gente a partir de 80 años, son un conjunto de controles parentales y gestión de residencias. Eso no es un producto para ellos, es para los hijos”, se lamenta.

No es de extrañar que el proyecto esté resultando más complejo de lo esperado: “Lo más complicado ha sido y sigue siendo la tecnología y la infraestructura. Yo pensaba que se montaba con 15.000 o 20.000 euros y no” [explica entre risas]. “Necesitas un equipo que lo esté controlando y evolucionando en todo momento. No es tan fácil”.

Otra de las claves era “convertir la estrategia off line a on line. Pero no porque fuese complicado hacerlo, sino por el propio desarrollo de la tecnología. Sobre todo, como lo estamos haciendo nosotros, que estamos enfocados a un segmento de edad concreto y estamos teniendo muy en cuenta todas las limitaciones que pueden tener esas personas con los dispositivos móviles. Que no son tanto tecnológicas, como de diseño”, dice Clara.

Pronto contará con un plan de longevidad para diseñar y visualizar tu estrategia de envejecimiento saludable

Evolución constante
Rosita ahora mismo está “muy centrada en la parte de condición física y la gestión con el dolor y en enseñar las claves de la biología del proceso de envejecimiento”, explica su creadora. “Pero en un par de semanas tendrá disponible un plan de longevidad para que todas las personas empiecen a diseñar y visualizar su estrategia de envejecimiento saludable”.

La aplicación incorpora un elemento clave: “El concepto de aprender la biología de tu proceso de envejecimiento”. Algo que no se soluciona de cualquier manera: “Vas a tener que cambiar algunos hábitos y está estudiado que si solo te dan unos consejos sencillos, no lo haces. Tienes que entender cuál es el impacto metabólico que tiene hacer ejercicio. Y tienes que comprender también cuál es el tipo de dieta o nutrición que tienes que realizar y por qué es fundamental que estés delgado o que no tengas grasa mala, que es la clave: no tenerla localizada donde no tiene que estar. No es solo una cuestión de báscula”.

Por eso, Rosita ofrece un conjunto de clases y actividades, algunas de las cuales incluyen diagnósticos y tests en los que se va midiendo el progreso. “Las personas pueden ir entendiendo y aprendiendo en qué consiste un envejecimiento saludable, pero a la vez pueden ir creando los hábitos dentro de la propia aplicación móvil, para ir cuidándose cada vez más”, señala Clara.

En los próximos meses se ampliará el área de la “gestión con el dolor crónico, que es fundamental porque va muy ligada con la condición física. Hay mucha gente cuya limitación con la condición física es que les duele y por eso no quieren hacer ejercicio”.

Además, se van a ir incorporando otras áreas: “Todo lo que tiene que ver con la cronodisrupción y la insomnia, que afecta mucho a las personas mayores y tiene muchas implicaciones en la salud si no tienen el sueño adecuado. Provoca pérdidas de memoria, debilita el sistema inmunitario y crea o fomenta la depresión y los problemas emocionales. Hay mucha ignorancia en este ámbito”, destaca Clara.

Y, como no solo se trata de tener una vida saludable, sino también de disfrutarla, “estamos incorporando el área de la salud emocional. Sobre todo, empezando por un foco que es un poco revolucionario: la sexualidad a partir de los 65 años, que es un gran tabú y a muchas personas les parece superinteresante”.