Alicia Zurita puede presumir de llevar toda la vida emprendiendo. A los 20 años fundó su primera empresa y, desde entonces, ha seguido ese camino. Aunque hace hincapié en que “parece que he tenido muchas empresas, pero no. Suelo estar bastantes años en ellas”.

Su proyecto más reciente es Lubets, una marca de “lubricantes certificados ecológicos de una dosis y que se aplican con un clic, con dos dedos, no hace falta abrirlos”, nos explica. Y que ha sido capaz de expandir ya a un buen número de países. 

Hemos hablado con ella para que nos dé las claves del emprendimiento en un sector con muchas particularidades y, además, compaginarlo con “ser madre soltera de dos adolescentes".  

En España hay cuatro marcas del sector erótico que venden internacionalmente y todas están fundadas por mujeres

¿Qué les dirías a mujeres que estén pensando en emprender?
En España hay cuatro marcas del sector erótico que venden internacionalmente, muy potentes todas y facturan mucho. Y están fundadas por mujeres.

Pero es muy difícil, complicadísimo y muy duro. Por eso no hay más. Seguramente, porque las mujeres somos muy prácticas. A mí me encantaría terminar ayudando a mujeres emprendedoras con mi conocimiento y experiencia. Espero poder hacerlo dentro de unos años.

¿Lo tenéis más difícil vosotras?
Por mucha conciliación de la vida personal y la laboral, por mucho que los hombres estén más concienciados, la realidad es que vas a un hospital con un niño a urgencias y hay 20 madres y no hay ni un padre.

Te tiene que gustar mucho. A mí me da energía trabajar, me encanta. Es un poco enfermizo. Me apasiona emprender y posicionar una marca. Pero, si no sientes esa pasión, si no sabes gestionar las adversidades, si no eres resiliente, es difícil. Las adversidades siempre van a estar ahí, pueden ser retos y siempre puedes aprender de ellos.  Esa es la forma de llevarlo bien, porque hay gente que se hunde.

¿Cómo empezó tu aventura de crear empresas?
Soy una emprendedora en serie. Siempre he tenido claro que quería emprender. Con 20 años fundé mi primera empresa, relacionada con el software libre. Estuve diez años allí. Y a partir de ahí, nunca me he salido del emprendimiento.

Estoy segura de que dentro de muy poco veremos vibradores en los supermercados

Y, ¿por qué el sector erótico?
Tenía claro que para mí en este momento se abría una gran oportunidad, porque tiene una tendencia muy ascendente. Estoy segura de que dentro de muy poco veremos vibradores en los supermercados.

Tengo claro que en los lubricantes hay más oportunidad de puntos de venta, porque el abanico es muy amplio: desde farmacias, perfumerías… o por lo menos hacia dónde yo quería llevarlo.

¿Cómo surgió la idea?
Lo que vi en el mercado fue un posicionamiento muy lúdico, sin mucha calidad, liderado por las empresas de preservativos, con un toque algo masculino. En el otro extremo está el patológico, el que es pura necesidad.

Pensé en hacer un producto de mucha calidad, que estuviese muy estudiado, que de verdad utilizase ingredientes que fuesen buenos para la piel, muy mimado todo, la textura. Un producto de calidad y que estuviese certificado ecológico, por mi forma de vida y porque el mundo está así, es hacia donde vamos.

Pero también hiciste algo diferente…
Nuestro valor diferencial es el formato, es la aplicación y la comunicación. Y, sobre todo, el canal de distribución, que es en gran consumo.

Me di cuenta de que el formato no podía ser un bote o una pomada. Porque el bote es anticlímax, es engorroso, poco decoroso -si no estás con la misma persona, no vas a sacar el bote medio lleno o medio vacío-, no es transportable, desde luego no es regalo y, además, consume mucho plástico.

Hicimos estas monodosis que se abren con dos dedos, que son muy prácticas. Una de las hipótesis que yo tenía es que esto lo haría mucho más regalo y así es. Tenemos muchos hombres que compran para mujeres y curiosamente el ticket del hombre es mucho más alto, sois muy optimistas [risas].

¿Es más fácil emprender ahora que cuando empezaste?
En ese momento era el boom de las puntocom. Nos fue muy fácil conseguir financiación. Me ha resultado quizá más difícil entre ese momento y este. Seguramente ha habido menos cultura de emprendimiento. Ahora, nosotros hemos cerrado una ronda muy pequeña y hemos tenido la suerte de poder elegir los inversores. También los inversores buscan mucho más a la emprendedora ahora.

Me muevo en una liga en la que estoy mucho más cómoda y consigo contactos más rápidamente. No sé si es el momento o que de repente te mueves en otro sitio. Pero yo creo que es el momento, porque lo veo hasta en Málaga. Hay un movimiento emprendedor, como que se ha normalizado muchísimo y hay muchas herramientas y oportunidades, sobre todo de inversión.

¿Por qué se va una madrileña a emprender a Málaga? ¿Es más fácil?
Yo ya llevaba años viviendo en Málaga. Justo en 2019 me fui a Madrid por eso. Empezaba Lubets, buscaba financiación y veía que la que tenía en Málaga no era ni de lejos lo que había allí. Fue muy rápido, tuve mucha suerte. En dos o tres eventos enseguida te contactan, tienes muchas oportunidades. Y justo vino el confinamiento. En ese momento pensé que en Málaga podría hacer mucho menos que en Madrid.

Con el Covid, todo cambió. Cerré una ronda de inversión con una inversora que firmábamos cuando se decretó el estado de alarma. Se echó para atrás. Normal, en ese momento no sabíamos nada.

En medio del confinamiento, conocí a un inversor a través de un evento online. Cerramos la operación. Él está en Sevilla y yo en Madrid. Y ya nada vuelve a ser igual. He cerrado la ronda de inversión y hay muchos inversores que no conozco. Y lo he hecho desde Málaga. Decidí volver a Málaga porque ya no tenía sentido estar en Madrid. Y al volver he visto que hay un movimiento tremendo y sí que hay más opción y más financiación y muchos más inversores.

¿Es mejor emprender en solitario o acompañada?
Me gusta tener socios e inversores. Me parece que aportan mucho. Los exprimo en conocimientos, en contactos. Me gusta tener compañeros de viaje que aporten. Todo lo que sea talento… Ir en solitario es duro, pero es verdad que al principio, para centrarte y para arrancar es mejor. Quizá con un socio te despistas más.