Las temperaturas lo confirman, el verano ha llegado de lleno y con él las piscinas y playas de la península y las islas comienzan a llenarse. Como siempre, al hacer nuestra maleta, uno de los elementos más importantes es la crema solar.
Quienes siempre hemos sido muy blanquitos y nos quemamos con facilidad, tenemos metido en vena (por experiencias pasadas) la necesidad de aplicar y reaplicar nuestro fotoprotector. Más si hablamos de zonas sensibles y muy expuestas como la cara, en las que llevamos desde marzo aplicando diariamente, o al menos, eso deberíamos.
Pero hay muchas personas que consideran que los protectores solares son una estafa y por mucha protección siempre te quemas. Hoy venimos a desmentir esos mitos, y concienciar de los problemas que acarrea una mala o baja, protección solar. Te vamos a explicar todo lo que no sabías sobre la protección solar.
La luz UVB es la principal causa de las quemaduras por el sol
¿Qué son los protectores solares?
Empecemos con algo de contexto, ¿qué son los protectores solares?
Según la Skin Cancer Foundation (fundación Cáncer de Piel), los protectores solares son agentes que ayudan a prevenir que los rayos ultravioleta (UV) lleguen a la piel.
Existen dos tipos de radiación ultravioleta, los rayos UVA y los rayos UVB, los cuales causan daños a la piel y aumentan el riesgo de cáncer de piel. La luz UVB es la principal causa de las quemaduras por el sol, mientras que los rayos UVA penetran en la piel más profundamente. Estos son los que se asocian con las arrugas, la pérdida de la elasticidad y otros efectos del fotoenvejecimiento. También agravan los efectos cancerígenos de los rayos UVB y cada vez más se considera la luz UVA un causante de cáncer de piel. Los protectores solares varían en su capacidad para de proteger contra los rayos UVA y UVB.
Ningún protector solar continúa siendo eficaz sin reaplicarse cada dos horas
Cómo elegir
Una vez aclarado esto, vamos con otra de las preguntas más repetidas y que nos puede ayudar a la hora de elegir nuestra crema, ¿qué es el FPS?
Un FPS 15 bloquea aproximadamente el 93 por ciento de todos los rayos UVB. Un FPS 30 bloquea el 97 por ciento, y un FPS 50 bloquea el 99 por ciento. Pueden parecer diferencias insignificantes, pero si eres sensible a la luz o tienes antecedentes de cáncer de piel, esos porcentajes extras marcarán la diferencia. Y como puedes ver, no hay un protector solar que pueda bloquear todos los rayos UV.
El modelo del FPS tiene ciertos puntos a considerar. En primer lugar, ningún protector solar, independientemente de su capacidad, continúa siendo eficaz sin reaplicarse cada dos horas. En segundo lugar, el enrojecimiento de la piel es una reacción a los rayos UVB y dice poco sobre el daño que los rayos UVA puedan hacer.
Cantidades y frecuencia
Con estas dudas resueltas solo nos queda la gran pregunta, ¿qué cantidad tengo que aplicarme?
Los estudios muestran que la mayoría de las personas se aplican sólo entre 7 y 14 gramos, lo que significa que el FPS que protege su cuerpo es inferior a lo recomendado.
Durante un día largo en la playa, una persona debe usar alrededor de 28 gramos. Los filtros solares deben aplicarse 30 minutos antes de la exposición al sol para que todos los ingredientes se absorban en la piel. Es muy importante reaplicarse el protector solar en cantidades iguales a la primera aplicación cada dos horas, inmediatamente después de nadar, secarse con la toalla, o después de sudar.
Mitos más comunes sobre los protectores solares
Siempre que nos topamos con estudios científicos surgen mitos que inducen al error, la gente confía demasiado en los bulos y pone en riesgo su salud. Por eso, ante la gran cantidad de preguntas absurdas que encontramos en Google, hemos querido hacer una recopilación son su explicación real. Para que este verano te protejas como debes y cuides tu salud. Y tú, ¿te crees estos mitos?
Mito: la protección solar provoca cáncer. No hay pruebas médicas de que la protección solar provoque cáncer. Hay datos de sobra sobre el papel en el cáncer de piel de los rayos UV y las cabinas de bronceado. A algunas personas les preocupa que las sustancias químicas utilizadas en los protectores solares sean absorbidas por la piel y causen cáncer, pero no es cierto.
Mito: si hace frío o está nublado, no hace falta protección. Hasta el 40 por ciento de la radiación ultravioleta llega a la tierra en un día completamente nublado. Esta percepción errónea conduce a menudo a quemaduras graves porque la gente pasa todo el día al aire libre sin ninguna protección contra el sol.
Mito: Tengo la piel oscura, no necesito usar protector solar. La piel oscura es igual de susceptible al daño solar. Simplemente es más difícil apreciarlo. Las células de la piel responden a los rayos UV liberando pigmento. Este pigmento, que consideramos una quemadura solar, es más difícil de ver en la piel oscura. Independientemente del color de tu piel, aplícate el protector solar.
Mito: el 80 por ciento de la exposición al sol viene desde la niñez por lo que es demasiado tarde para hacer algo ahora. Parece ser que esta idea, universalmente promovida, en gran medida se basa en una interpretación errónea. Un estudio recientemente realizado en diferentes centros, mostró que recibimos menos del 25 por ciento del total de nuestra exposición al sol a la edad de 18 años. De hecho, los hombres mayores de 40 años son los que pasan la mayor parte del tiempo al aire libre, y reciben la máxima dosis anual de rayos UV.
Mito: usar bloqueador solar puede causar una deficiencia de vitamina D. Existe cierta controversia respecto a esto, pero son pocos los dermatólogos que creen (y no hay estudios que lo hayan demostrado) que los bloqueadores solares causan una deficiencia de vitamina D. Asimismo, la vitamina D está disponible en suplementos alimenticios y en alimentos como el salmón y los huevos, así como en la leche y en el zumo de naranja.
Fuentes: Hospital Quirón Salud, Hospital Ruber Internacional y Skin Cancer Foundation