Cima de Peñalara, en el parque natural Sierra de Guadarrama (Wikipedia-Miguel303xm)



Este 22 de mayo se celebra el Día Mundial de la Biodiversidad Biológica. Los socialistas madrileños creemos que no existen en nuestra Comunidad motivos para celebrarlo adecuadamente.

El desarrollo de las políticas de protección y conservación de los Espacios Naturales en España se inicia en 1916, con la promulgación de la primera Ley de Parques Nacionales. En base a ella se declararon los primeros Parques Nacionales en España: el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga y Parque Nacional del Valle de Ordesa (1918).

La promulgación de la Constitución española de 1978 (CE) comportó la distribución competencial de la potestad normativa, de tal forma que el artículo 149.1.23 CE recoge, como competencia exclusiva del Estado, la "legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección".

Históricamente, la legislación sobre conservación de la naturaleza se ha basado, por un lado, en la conservación de las especies y por otro, en la conservación de determinados territorios de extensión y características variables.

Las CCAA han dedicado mayores esfuerzos en el desarrollo de figuras de protección y en la conservación de territorios. En los últimos años, han centrado sus esfuerzos en la elaboración de las listas de lugares a incluir en la Red Ecológica Europea Natura 2000 tal como se muestra en la siguiente tabla:

La estratégica situación geográfica de la Comunidad de Madrid, en el centro peninsular, con territorios tan diferentes como la cordillera del Sistema Central, la depresión del Tajo y la zona de transición entre ambas, condiciona y da lugar a la variedad de contrastes litológicos, climáticos, edáficos y geomorfológicos en la Comunidad. Tal variedad es origen, a su vez, de la diversidad de los ecosistemas y de especies de flora y fauna madrileña.

En el año 1930 se declararon en la provincia de Madrid los tres primeros espacios naturales protegidos: los Sitios Naturales de Interés Nacional de La Pedriza del Manzanares y de la Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, y el Monumento Natural de Interés Nacional de la Peña del Arcipreste de Hita.

Veintisiete años después, la Ley de Montes de 1957 declara en Madrid otros dos nuevos espacios protegidos: en 1961, el Paraje Pintoresco del Pinar de Abantos y Zona de la Herrería, en el término municipal de San Lorenzo de El Escorial y en 1974, el Sitio Natural de Interés Nacional del Hayedo de Montejo de la Sierra. Más tarde, con la promulgación de la Ley 15/1975, de Espacios Naturales Protegidos, se reclasificó el antiguo Sitio Natural de Interés Nacional de la Pedriza del Manzanares, como Parque Natural de la Cuenca Alta del río Manzanares incrementándose la superficie protegida hasta 5.025 Ha. Posteriormente, y en función de las competencias asumidas en esta materia, la Comunidad de Madrid, reclasificó este espacio como Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (Ley 1/1985), ampliando su ámbito territorial a 37.500 Ha.

Este Parque, ha sido ampliado en sucesivas ocasiones hasta alcanzar la superficie actual de 52.796 Ha. En el transcurso de estas ampliaciones, el 9 de noviembre de 1992, el Parque fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Tenemos la sensación de que todo se ha olvidado con la declaración del Parque Nacional de Guadarrama. Parece que ahora con la caída del sector de la construcción hemos descubierto en el parque un motor económico para el desarrollo de los municipios de la sierra. Lo que antes era un impedimento para el progreso, de repente se convierte en el mejor aliado para dichos municipios. Pues ni antes era el enemigo ni ahora ha de tomarse como un medio puramente economicista. No debemos olvidar que durante los casi 20 años de Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid hemos asistido a un deterioro constante del medio ambiente madrileño fruto del enfoque liberal-conservador que este partido tiene. Hemos visto como se han ido transformando las leyes para que, como ellos dicen con una visión cortoplacista y anticuada, el medio ambiente no entorpezca el desarrollo económico. Hemos asistido a una visión del medio ambiente al servicio del desarrollo económico y no a una visión del medio ambiente como un activo económico.

Mientras enarbolan la bandera del Parque hemos asistido a la aprobación de la Ley 5/2012, de 20 de diciembre, de Viviendas Rurales Sostenibles publicada en el BOCM 27 de diciembre de 2012 que supone una mayor protección de los derechos privados, frente al bien público. Desde nuestra perspectiva socialista esto es una aberración ya que cuestiones como el medio natural, la sanidad o la educación son bienes comunes que como mejor se gestionan es desde el sector público y no del privado. Frente al planteamiento del medio ambiente como un conjunto de servicios al ciudadano, desde el PSM lo consideramos como un derecho irrenunciable de las persona. Derecho a respirar un aire limpio, a disfrutar de unos ríos saludables y de un medio natural y una biodiversidad.

Al mismo tiempo que se vende a bombo y platillo el Parque Nacional de Guadarrama, se observa un estancamiento en el desarrollo de medidas de protección de la biodiversidad como demuestra el hecho de que la Comunidad de Madrid aún no ha aprobado ningún plan de conservación de especies, a pesar del imperativo legal existente.

Anteponiéndonos a este planteamiento desde el PSM somos consciente de que lo que se requiere es una base de conocimientos más amplia y una mejor comprensión de los factores que impulsan y frenan la mejora y aplicación de la legislación, ya que la Comunidad de Madrid se enfrenta a una explotación insostenible de sus recursos naturales, a cambios significativos y potencialmente irreversibles en su clima y a una pérdida constante de biodiversidad que amenaza la estabilidad de los sistemas vivos de los que depende.

El Parque de Guadarrama ha de ser un elemento fundamental en la política de conservación del medio natural y la biodiversidad madrileña. Es necesario rediseñar el Parque Nacional. Habrá que poner en marcha el proceso de ampliación del mismo con algunas zonas emblemáticas y de alto valor paisajístico, faunístico y ambiental que quedaron fuera y darle cuerpo al Plan de Uso y Gestión del Parque, verdadero instrumento para un correcto desarrollo del mismo.

Pero también desde el PSM somos conscientes de que hoy por hoy, los desafíos medioambientales deben implicar al conjunto de la economía y de la sociedad por lo que creemos imprescindible apostar por un Plan de Desarrollo Socioeconómico de los Municipios integrados en el PORN del Parque del Guadarrama que garantice la igualdad de servicios de todos los ciudadanos y un desarrollo equilibrado que haga posible un Parque Nacional verdaderamente al servicio de los ciudadanos y no solo de los intereses económicos de unos cuantos. Por ello será esencial reactivar mecanismos efectivos de participación pública en la toma de decisiones.

Pero hoy en día no podemos seguir pensando en los viejos paradigmas de que la conservación de la biodiversidad es solo un asunto gubernamental o de sensibilización ciudadana, sino que la empresa ha de implicarse más activamente en el desarrollo de planes de conservación de la biodiversidad.

Afortunadamente, las empresas son cada vez más conscientes de la importancia de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en sus operaciones, así como de las oportunidades comerciales que brindan la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. Una encuesta realizada por la consultora Mc Kinsey en el año 2010, mostraba como la cultura empresarial empieza a tomar a la protección de biodiversidad y recursos naturales más como una oportunidad de negocio:.

Tanto los resultado de las últimas encuestas realizadas a nivel global sobre la posición de la empresa en materia de biodiversidad, como los planes y programas desarrollados en materia de empresa y biodiversidad por la UE, muestran claramente que parte del sector empresarial actual, ha dejado atrás la consideración de la biodiversidad en términos de riesgos para considerarlo como una ventaja competitiva, más allá del simple argumento altruista, ético y de reputación empresarial.

La Unión Europea considera que proteger la biodiversidad no sólo puede considerarse a nivel macroeconómico, sino que también ha de acometerse desde las empresas. En este sentido, una de las principales necesidades que apunta el plan de acción europeo es la creación de partenariados público-privados convencidos de que la comunidad empresarial puede y debe contribuir significativamente a poner fin a la pérdida de biodiversidad.

No obstante, debemos ser conscientes del enorme camino que aún nos queda por recorrer, no hemos sido capaces de cumplir el objetivo que teníamos de detener la pérdida de biodiversidad en 2010 y el objetivo 2020 se antoja complicado. Además la crisis económica ha hecho que se empiecen a despertar antiguos fantasmas por parte de políticas y políticos trasnochados de que el medio ambiente representa un gasto inasumible. Mientas no entendamos que los ecosistemas son la base de la riqueza de una región seguiremos desarrollando políticas depredadoras que a la larga generaran sociedades con grandes desigualdades, injustas e insalubres.

José Manuel Franco es secretario de Ordenación Territorial y Medio Ambiente PSM-PSOE y Diputado Autonómico