La Unión Europea debe prepararse urgentemente para hacer frente a una creciente brecha en los servicios de cuidados de larga duración, según advierte un nuevo informe del grupo de expertos Bruegel. El documento afirma que Europa es incapaz de atender la creciente demanda de personas dependientes.

Europa es incapaz de dar respuesta a la tormenta perfecta demográfica

El estudio revela que entre el 23% y el 42% de los europeos que necesitan asistencia para sus actividades diarias no reciben la atención adecuada. Una situación que Svend E. Hougaard Jensen, uno de los autores califica de "tormenta perfecta demográfica".

La brecha en los cuidados no es solo un problema sanitario, es una cuestión de igualdad de género

Crisis social sin precedentes

No solo eso, también esconde otras realidades: "La brecha en los cuidados no es solo un problema sanitario, es una cuestión de igualdad de género", señala Nina Ruer, coautora del estudio. Las mujeres representan más del 80% del personal sanitario en los países analizados y son también quienes mayoritariamente asumen los cuidados informales no remunerados.

"Necesitamos una respuesta coordinada a nivel europeo", sostiene David Pinkus, otro de los investigadores. "Si no actuamos ahora, nos arriesgamos a una crisis social y económica sin precedentes en las próximas décadas".

Dependencia en España

Según datos del IMSERSO, en España en 2023 había más de 1,5 millones de personas beneficiarias con prestación y más de 2 millones de solicitudes de dependencia activas. De ellas, el 25,8% eran de “Gran dependencia” y el 38,4% de “Dependencia severa”.

El perfil medio del dependiente es mayor de 65 años [un 72,3% lo son y un 53% son octogenarios] y con mayor probabilidad, mujer [64%]. Una situación que los expertos aseguran que se irá agravando, puesto que uno de cada cinco españoles ha cumplido los 65 y la edad media de la población española es de 44,1 años.

Europa

En Europa, la situación es muy parecida, con una edad media de 44,4 años y un 21,1% de la población por encima de los 65. Un porcentaje que en 2050, superará el 30% [casi uno de cada tres europeos los habrá cumplido].

Por eso, el informe de Bruegel advierte de que el envejecimiento de la población, combinado con el aumento de casos de demencia y la escasez de personal sanitario, amenaza con colapsar los sistemas de cuidados en todo el continente.

Más allá de la edad

El problema va más allá de la edad. Los datos señalan que para 2040, más del 8% de la población mayor de 60 años padecerá demencia en la mayoría de países analizados.

Mientras tanto, el sector se enfrenta a “salarios bajos y una carrera profesional limitada” que hacen difícil retener al personal cualificado. Según datos de la OCDE, los trabajadores de residencias y centros de día ganan aproximadamente un 20% menos que la media nacional y tienen que soportar condiciones laborales difíciles.

Soluciones

El informe identifica cinco áreas clave de actuación: aumentar la inversión pública, desarrollar nuevos mecanismos de financiación, mejorar las condiciones laborales del sector, implementar estrategias de prevención y aprovechar las nuevas tecnologías, incluyendo la robótica asistencial.

Algunos países ya han comenzado a implementar reformas. Alemania aumentará los salarios del sector entre un 28% y un 33% hasta 2025, mientras que Francia ha introducido programas de certificación profesional para cuidadores informales. Sin embargo, los expertos consideran estas medidas insuficientes ante la magnitud del desafío.

El documento destaca experiencias positivas como la de Dinamarca, que ha simplificado la burocracia mediante un modelo unificado de supervisión, o el uso de fondos NextGenerationEU en Eslovenia e Italia para modernizar infraestructuras. No obstante, advierte de que ningún país está completamente preparado para el aumento previsto en la demanda de cuidados.

La investigación subraya que el coste de la inacción será mucho mayor que la inversión necesaria para reformar el sistema. Las consecuencias de no abordar esta crisis incluyen el deterioro de la calidad de vida de los mayores, mayor desigualdad social y un impacto económico significativo debido al aumento de hospitalizaciones evitables.

Los autores concluyen que es fundamental actuar ahora, antes de que los sistemas de cuidados se vean desbordados. "No es solo una cuestión de recursos", afirman, "sino de voluntad política para priorizar los cuidados de larga duración en la agenda europea".

Tecnología para ayudar a las personas dependientes

Una de las palancas que podría suponer una solución es la tecnología. La robótica podría ayudar a abordar tanto la escasez de personal como las condiciones laborales en el sector de los cuidados de larga duración.

Sin embargo, ninguno de los países de la UE estudiados ha realizado inversiones significativas en robots de cuidados. Esto representa una oportunidad perdida para aprovechar la tecnología en la mejora de la prestación de cuidados y las condiciones laborales.

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