Copenhague es una ciudad de 602.000 habitantes, que cuenta con un total de 750.000 bicicletas [4 veces más que coches]. El 62% de su población la utiliza normalmente como medio de transporte para circular por sus más de 382 kilómetros de carril bici. Además, más del 70% de la energía que consumen procede de fuentes renovables.

Y, por si todos estos datos no fuesen suficientes, este verano ha lanzado una iniciativa que permite acceder a 24 experiencias turísticas de forma gratuita, a cambio de acciones sostenibles. Está claro que Copenhague es el ejemplo a seguir para todas las ciudades que quieran promover, de verdad, comportamientos que beneficien al medio ambiente.

CopenPay permite acceder a 24 experiencias gratis, a cambio de acciones sostenibles

Experiencias gratuitas

CopenPay se lanzó el 15 de julio y acaba de terminar el plazo para disfrutarlo. El objetivo de la ciudad ahora es evaluar su impacto y mejorar la edición de 2025.

Entre las opciones disponibles, todo tipo de experiencias. Por ejemplo, podías disfrutar de un salto y un baño en el canal frente a un edificio histórico recuperado, el Kanalhuset, cantar una canción y disfrutar de un café. El único requisito era llegar en bici o andando.

También podías comer gratis [comida vegetariana u orgánica] si ayudabas en un jardín urbano el tiempo que quisieses o si recogías basura en el barrio. O ganarte un vino, cerveza o refresco si ibas en bici o en transporte público a la azotea Level Six. Incluso, jugar gratis a la petanca por llegar a pie o en bici.

Las experiencias incluían esquiar sobre hierba, paseos en kayak, surf, paseos en barca y visitas guiadas a la ciudad en bici. Y, en el plano cultural, diferentes ventajas en el museo Nacional, el SMK, el de Karen Blixen, la Cisterna, el Frilandsmuseet, el MACA y el museo de Copenhague.

El objetivo no es incrementar el turismo, sino disfrutar más de la ciudad

No para incrementar el turismo

Mikkel Aarø Hansen, CEO of Wonderful Copenhagen, asegura que el objetivo no es incrementar el turismo, sino “empoderar a las personas para que disfruten más de lo que la ciudad ofrece, a la vez que reducimos la carga para el planeta. Se trata de crear experiencias memorables y significativas, que son disfrutables y responsables con el medio ambiente”.

Además, la iniciativa se basa en la honestidad de las personas: “No importa si vas en bici, usas el transporte público o recoges basura; puedes gastar tu buena energía para hacer realidad las recompensas. Confiamos en ti cuando nos dices pides pagar de esta forma. Después de todo, el único a quien estarías engañando es a ti mismo si pierdes la oportunidad de hacer el bien para el planeta”, señalan sus responsables.

Para todo el año

Aunque esta edición ha durado solo entre el 15 de julio y el 11 de agosto, la idea es hacerla extensible a todo el año y “exportar el concepto a otras partes de Dinamarca y al resto del mundo”.

Una idea que puede calar, puesto que según los datos que maneja la ciudad, el 82% de los turistas afirman querer actuar de forma sostenible, pero solo en 22% ha cambiado su comportamiento.

“Copenhague tiene la ambición de inspirar a los visitantes a elegir opciones verdes de forma consciente y ayudar a tender puentes sobre la enorme brecha entre el deseo de actuar de forma sostenible y el comportamiento real”, explican desde CopenPay.

Como resalta Hansen, “puede sonar simple, pero no lo es”. Y añade que esas decisiones verdes pueden convertirse en “experiencias incluso mejores durante su visita”.

Por eso, a través de la iniciativa “queremos incentivar un comportamiento sostenible en los turistas a la vez que enriquecemos su experiencia cultural en nuestro destino. Es un paso pequeño y experimental hacia crear una nueva mentalidad entre los viajeros y una de muchas iniciativas que estamos llevando a cabo para hacer que viajar sea más sostenible”, añade.

Su visión es que “debemos transformar el turismo de ser una carga medioambiental a convertirse en una fuerza para el cambio positivo; y un paso importante en esta transformación es cambiar cómo nos movemos en el destino, qué consumimos y cómo interactuamos con la población local”.