En total, 24 proyectos a los que destinó el año pasado más de medio millón de euros

El pasado 5 de junio, con motivo de la celebración del Día Mundial del medio ambiente, Fundación Banco Santander reafirmaba en su cuenta de twitter su compromiso con la conservación del patrimonio natural. La recuperación del patrimonio natural y medioambiental es una de sus misiones fundamentales. Junto con diversas asociaciones dedicadas a la protección de la naturaleza, esta fundación vinculada al banco cántabro ha puesto en marcha en los últimos años veinticuatro programas de rehabilitación de ecosistemas degradados y de conservación de especies animales y vegetales en peligro de extinción por toda la geografía española. Una labor que se complementa con la organización de campañas, talleres y charlas dirigidas a fomentar la educación e involucrar a la sociedad en la protección del medioambiente.

Cada año se van sumando nuevos proyectos. Así, la Fundación firmó un convenio de colaboración en 2018 con la asociación Trenca para iniciar un proyecto de conservación del olivar de montaña y su biodiversidad en la comarca de Les Garrigues (LLeida). Entre las acciones previstas se encuentra la utilización de métodos ecológicos en el laboreo que mejoren la estructura forestal de los olivares y disminuyan el riesgo de incendios. Para favorecer la biodiversidad, se crearán pequeñas charcas —esenciales en una zona de baja pluviosidad como Les Garrigues—, se colocarán comederos para aves y se instalarán pequeños refugios para la fauna. El proyecto contempla también tareas de restauración encaminadas a recuperar elementos característicos del patrimonio cultural de la comarca, como muros de piedra y aljibes. Por último, se pondrá en marcha un programa de educación ambiental que fomente la sensibilización y la participación de la población local en el desarrollo del proyecto.

También colabora desde el año pasado con la Fundación Global Nature para preservar los ecosistemas dunares de la Comunidad Valenciana. El área de actuación abarca quince zonas del litoral, situadas en el Parque Natural del Prat de Cabanes- Torreblanca (Castellón), el Parque Natural de la Albufera de Valencia-Reserva Natural de la Dehesa del Saler (Valencia), el Paraje Natural Municipal del Clot de Galvany (Alicante) y las dunas de Guardamar del Segura (Alicante). El objetivo de este proyecto es evitar la erosión de las dunas, uno de los ecosistemas más amenazados del territorio levantino, mediante la construcción, colocación y reparación de barreras de contención de arena. Estas actuaciones permitirán mantener la biodiversidad que albergan. Para ello se adoptarán medidas adicionales, como la eliminación de la flora exótica invasora y la plantación de especies autóctonas propias de estos espacios singulares.

En la fotografía, el ecosistema dunar de la Comunidad Valenciana y el olivar de montaña de Lleida.

“Varias de nuestras iniciativas medioambientales están destinadas a la rehabilitación de zonas especialmente frágiles, esenciales para la conservación de la biodiversidad, como turberas, praderas marinas, ecosistemas intermareales, dunares o forestales. El oso pardo, el águila imperial ibérica, la tortuga boba y el quebrantahuesos son algunas de las especies en peligro beneficiadas por estos programas”, señalan desde la Fundación Banco Santander.

Para garantizar el éxito de las acciones se lleva a cabo un seguimiento durante varios años y, en caso necesario, se planifican labores de mantenimiento que permitan asentar los objetivos propuestos. Por citar algún ejemplo, miembros de esta organización visitaron la semana pasada el hospital de fauna salvaje de Amus, en Badajoz, un centro donde curan a cualquier especie silvestre herida, excusivamente ibérica, que se encuentre en esta provincia. En un año pueden llegar a acoger más de mi animales heridos.

Entre los últimos proyectos destacan también la colaboración con la Asociación Medioambiental O-Live, centrada en la creación y restauración de 45 puntos de agua para contrarrestar la fuerte sequía estival que sufre la sierra de Cádiz;  en el Parque Nacional de Picos de Europa, junto a la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, el proyecto para la conservación del ave carroñera por excelencia de este paraje (alberga el 85% de la población europea de esta especie) en grave peligro de extinción; o la labor en la provincia de Badajoz de la mano de Acción por el Mundo Salvaje  para la mejora del hábitat del buitre negro.