Hace 25 años, el FC Barcelona vivió uno de los eventos más emblemáticos de su historia: un amistoso de lujo contra la selección de Brasil para cerrar los actos del Centenario (1899-1999). El duelo, celebrado el 28 de abril de 1999 en el Camp Nou, reunió a estrellas de talla mundial en ambos bandos y simbolizó el nuevo estatus global del club azulgrana, elevando su proyección mediática y deportiva a una dimensión internacional.

Un partido para la historia

El 28 de abril de 1999, el FC Barcelona recibió a Brasil en un encuentro que iba más allá de un simple amistoso: era la culminación de un siglo de historia. Fundado en 1899, el club catalán celebraba su Centenario con actos que incluían homenajes, exhibiciones y la presencia de figuras legendarias del fútbol mundial.

El enfrentamiento entre Barcelona y Brasil congregó a miles de aficionados en el Camp Nou, que vivieron un espectáculo lleno de talento. Aquel Brasil estaba repleto de estrellas, un símbolo del fútbol ofensivo y técnico que contrastaba con la filosofía de juego del Barcelona, entonces bajo la dirección técnica de Louis van Gaal. La expectación fue máxima, no solo por el cartel de los equipos, sino por lo que representaba: el reconocimiento internacional de un club que ya era grande en Europa y quería serlo también en el mundo.

Los actos del Centenario del Barça incluyeron múltiples eventos y homenajes que repasaban los 100 años de historia del club. Además del partido contra Brasil, se organizaron encuentros con figuras legendarias, actividades culturales y ceremonias que reforzaron la identidad histórica de la entidad catalana.

Este partido, en particular, fue concebido como un símbolo de ambición. No solo por jugar contra una selección campeona del mundo, sino por hacerlo con un cartel lleno de figuras que marcaban la época: Ronaldinho, Rivaldo, Roberto Carlos o Ronaldo (en el lado brasileño) y jugadores emblemáticos del Barça como Luis Enrique o Rivaldo (que también tenía pasado brasileño). Aunque el marcador final y el resultado en sí quedaron en un segundo plano, la esencia del partido fue el reconocimiento del Barça como marca global.

Un recuerdo difícil de olvidar

Veinticinco años después, el partido sigue siendo recordado no solo por los aficionados del Barcelona, sino también por la afición global. Con la evolución de la competición internacional de clubes (incluyendo la expansión de torneos amistosos de alto nivel, giras globales y marcas deportivas) aquel encuentro puede verse como un precursor de las actuales estrategias de expansión deportiva y comercial.

Hoy, en 2025, cuando el fútbol vive una constante globalización (con competiciones intercontinentales, expansión de ligas y una audiencia global creciente) eventos como el partido del Centenario adquieren un valor histórico especial. Representan no solo un momento de nostalgia, sino una pieza clave en la construcción de la identidad global del Barcelona en el siglo XXI.

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