La despedida de “El Diamante”. Los guantes en el suelo y su última vez en el octágono. Dustin Poirier se retiraba la pasada madrugada del domingo en el combate estelar de la UFC 318 por el título del BMF (Baddest Motherfucker) contra Max Holloway. Una despedida que, pese al sabor agridulce de la derrota, estaba salpimentada por el calor de su gente, de Luisiana, EE. UU., donde se crió y empezó su temprana carrera en las Artes Marciales Mixtas (MMA).

Desde el año 2011 en la compañía y con un palmarés de 30 victorias, diez derrotas y una pelea “sin resultado”, Poirier se retira con 36 años en un momento vital mágico que destina al cuidado y amor por su familia. Ya no existe esa sensación que suelen denominar como “nada que perder”. Con una hija de nueve años y a la espera de un hijo, “El Diamante” priorizará a su familia frente a su pasión y la que ha sido su vida, acompañada de éxitos, victorias y coraje que ha inspirado a miles de personas.

La trilogía Holloway contra Poirier termina con una derrota para el ahora exartista marcial mixto. No obstante, “El Diamante” ha vencido al hawaiano en las dos ocasiones previas, que pasarán al recuerdo de los amantes de las MMA.

En su primer combate en la UFC 143, un Dustin con solo un año de experiencia en la Ultimate Fighting Championship (UFC) y un Max Holloway que se estrenaba en la compañía, terminó por sumisión a manos del de Luisiana. Siete años más tarde se daba su segundo combate, el 14 de abril de 2019, durante la UFC 236, que estaba en juego el título interino de peso ligero. Poirier venció por decisión unánime (49‑46) y se proclamó como el mejor luchador de MMA del mundo en peso ligero, con la inactividad de Khabib Nurmagomedov.

Khabib, quien había ganado el título en abril de 2018 y estaba inactivo debido a la suspensión tras la UFC 229 por el espectáculo bochornoso, extradeportivo e irrespetuoso que se vivió con Connor McGregor, era el actual campeón del mundo. Una vez que Poirier hubo ganado el título interino tuvo vía libre para combatir por el cinturón de peso ligero contra Nurmagomedov en la UFC 242, el 7 de septiembre de 2019. El daguestaní sometió a “El Diamante” en la tercera ronda y le alejó de su sueño de ser el campeón indiscutido de peso ligero.

Su carrera, llena de victorias y derrotas contra leyendas de este deporte, se puede resumir a inspiración, disciplina y dignidad dentro del octágono. El diamante que nunca necesitó el oro para brillar y que venció a los mejores luchadores de las categorías en las que compitió, peso pluma y ligero, compone una de las figuras de la historia de la UFC, manteniéndose durante años entre los mejores y acechando a los campeones de cada división.

Aun teniendo un estilo de pelea basado en el Brazilian Jiu-Jitsu, siendo cinturon negro, Poirier es reconocido por su impresionante y duro boxeo que, dentro de la compañía, es denominado como “thugjitsu", término acuñado por el peleador Yves Edwards para describir un estilo de combate que combina boxeo, muay thai, lucha libre y Brazilian Jiu-Jitsu (BJJ). “El Diamante” ha vencido en 14 ocasiones por nocaut, diez de ellas en UFC y ha sometido a sus rivales siete veces y cinco de estas en la compañía.

Pese a su consagración en 2019, cuando se alzó con el título interino de peso ligero de la UFC, uno de los mayores recuerdos de Poirier será su compromiso social a través de The Good Fight Foundation (2018), reconocido con el Premio Comunitario Forrest Griffin en 2020, dedicada a la salud y la educación infantil en Luisiana.

“He creado una plataforma para que otros deportistas y aficionados se unan, luchen por las comunidades desfavorecidas y respondan a la llamada de quienes lo necesitan”, asegura Poirier en la pagina web oficial de su fundación.

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