Pese a haber mejorado su resultado electoral con respecto al 20D, Mariano Rajoy no lo tiene mucho más fácil para conseguir formar Gobierno. Los diferentes partidos ya empiezan a fijar sus posturas de cara al largo verano de negociaciones y se vuelve a dar la misma situación: nadie quiere hablar con el ganador que encarna cuatro años de recortes, rodillo parlamentario y cabeza del partido más corrupto.

El PSOE dice que mire a sus afines

Pese a que Mariano Rajoy insiste en que tiene la “mano tendida” a todos y quiere formar la gran coalición, desde el PSOE ya se le han dicho que hacia ellos no mire. El portavoz del Comité Federal del PSOE, Antonio Hernando, aseguró este mismo lunes postelectoral que su partido asume que le corresponde estar en la oposición y confirmó que no apoyará al PP, ni se abstendrá.

Hernando, tras la reunión del Comité Federal del PSOE, señaló que Rajoy “tiene que tomar la iniciativa a intentar buscar apoyos "entre sus afines ideológicos y las derechas nacionalistas”, entre los que no están los socialistas.

Podemos ni lo nombra

En su comparecencia también el día después de las elecciones, el secretario de Organización del partido, Pablo Echenique, como era de esperar, ni se ha referido a pactar con el PP, pero sí ha tendido la mano al PSOE asegurando que “estábamos dispuestos a que se pueda conformar un gobierno de progreso y lo seguimos estando, ésta es la relación que queremos plantear al PSOE”.

Estas palabras contrastan con las que también pronunció en su comparecencia para explicar los resultados obtenidos por su partido, culpando directamente al PSOE, y a su estrategia en la campaña con ataques permanentes a Unidos Podemos, de ser responsable de haber "engordado a la derecha" y aumentado el voto al PP.

Ciudadanos se enroca

Por su parte, Albert Rivera también ha decidido, por el momento, mantener su veto a Mariano Rajoy y asegura que los escaños de Ciudadanos no le facilitarán la formación de Gobierno ya que, con estos resultados, “no son necesarios” para poner en marcha el Ejecutivo y, en cambio, sí lo son los socialistas.

“No hay un solo votante de Ciudadanos que no sepa que no estaremos en un gobierno que tenga que estar pendiente de la corrupción de Bárcenas y Rita Barberá”, ha recalcado Rivera, subrayando que si alguien quiere contar con los apoyos de la formación naranja “tiene que saber que queremos cambio”.

El PNV lo ve muy negro

Fuera ya de los cuatro grandes partidos, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), el más cercano ideológicamente al PP, ha afirmado que hablará con Mariano Rajoy si le llama para negociar, pero ve “muy, muy difícil” llegar a un acuerdo con el Partido Popular porque tendría que dar un “giro de 180 grados” a muchas de sus políticas.

Así se ha expresado la ejecutiva del PNV, la cual entiende que el diálogo se complicaría aún más si los populares llegan a un acuerdo con Ciudadanos por su posición contraria al Concierto Económico vasco y las diputaciones forales. De todas formas, el PNV considera que es al PP al que corresponde dar el primer paso.

Convergencia mira al PSOE

Los dos partidos nacionalistas catalanes que han conseguido escaños en el Congreso, Esquerra y Convergencia, también han descartado pactar con el PP y han mantenido su exigencia de un referendo de independencia para Cataluña.

El cabeza de lista de CDC, Francesc Homs, ha remarcado que al PP la victoria “no le sirve para nada”, porque es el PSOE quien tiene “la sartén por el mango” y la “llave de la gobernabilidad”.

En este sentido, CDC esperará a que el PSOE “mueva ficha” y se siente a la mesa a negociar, aunque por el momento Homs ve a los socialistas tan "recluidos" como los de Podemos, participando ambos en una “carrera para quedarse en la oposición”.

En todo caso, Homs ha recordado que ya fijó 15 condiciones para la investidura, entre las que figura el referendo catalán y “echar al PP” de la Moncloa.

Mientras Esquerra lo hace a la independencia

Por su parte, el cabeza de lista de ERC, Gabriel Rufián, ha dicho que, con unos “resultados dramáticos” por el triunfo del PP en España, “queda claro que el único cambio posible pasa por la independencia”.

Rufián ha considerado que las elecciones de ayer provocan que haya “un escenario dramático con la victoria del PP en casi todos los territorios, un PSOE que se mantiene inalterable en sus posicionamientos y un Podemos que no puede”, y han insistido en reclamar un referéndum soberanista.

Bildu mantiene su mensaje

No hay sorpresa en la postura adoptada por EH Bildu tras las elecciones. La izquierda nacionalista vasca afirmó en la noche electoral que seguirá trabajando para “retirar al Partido Popular y a Mariano Rajoy del Gobierno” y “apostar por la soberanía plena del pueblo vasco”.

CC no descarta nada

La diputada electa de Coalición Canaria, Ana Oramas, sí se ha mostrado dispuesta a dialogar y a llegar a acuerdos para que haya un nuevo Gobierno, pero añadió que Mariano Rajoy tiene que entender que ya no tiene mayoría absoluta y que el eventual apoyo de los nacionalistas canarios sería “para cambiar las cosas”.

En declaraciones a la Agencia Efe, Oramas afirmó que en su partido “tenemos sentido de Estado, nuestro voto es para buscar consensos en políticas de educación, de empleo o de pensiones”, y para cambiar las políticas sociales.

La clave de Nueva Canaria

Si Mariano Rajoy consiguiese pactar tanto con Ciudadanos como con el PNV y Coalición Canaria, se quedaría a un diputado de la mayoría absoluta. Éste podría ser el de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, que se presentó en coalición con el PSOE, pero que tras la formación del Congreso se pasará al grupo mixto.

En su cuenta de Twitter, Quevedo ha descartado rotúndamente un envetual apoyo por activa o por pasiva a esta hipótesis, asegurando que sería "una renuncia a nuestros principios, al acuerdo con el PSOE y a la gente que nos apoyó".