Seguramente a Trump le importó más bien tirando a poco que anoche, durante la entrega de premios de la Unión de Actores en Hollywood, varios actores y directores clamaran contra el decreto que el pasado viernes firmó el presidente estadounidense, suspendiendo la admisión de refugiados en EEUU durante 120 días, indefinidamente en el caso de los refugiados sirios, endureciendo las reglas de entrada en EEUU y prohibiendo durante 90 días el ingreso en territorio estadounidense a los ciudadanos de Irak, Irán, Siria, Sudán, Yemen, Libia y Somalia. Seguramente tampoco lo haya conmovido la carta abierta que han firmado ya más de tres millones de personas contra el mandatario y sus más recientes medida. No está tan claro, sin embargo, cómo le va a sentar el rechazo frontal que ha recibido, también por su política antiinmigratoria, de algunos directivos de importantes multinacionales con base estadounidense, generadoras de cuantiosos pellizcos para el PIB del país. Posiblemente la palma de este rechazo se la lleve Starbucks con el órdago que le ha planteado Howard Schultz, director general de la empresa, a Trump. Schultz, además de informar de que las declaraciones y medidas de éste en contra de los flujos inmigratorios lo han dejado “apesadumbrado”, ha anunciado en un comunicado que, en contraste con el espíritu que preside la gestión del inquilino de la Casa Blanca en materia de refugiados e inmigración, su compañía tiene previsto contratar a 10.000 refugiados en los próximos cinco años. Eso sí, aunque la iniciativa comenzará en Estados Unidos, y se centrará en la contratación de personas que trabajaron con el Ejército como traductores y personal de apoyo, se implantará a lo largo y ancho de los 75 países donde la cadena de cafeterías está presente. Schultz ha remachado además en su texto que su empresa seguirá invirtiendo en la economía mexicana "construyendo puentes en vez de muros". Grandes tecnológicas también han plantado cara al presidente estadounidense y sus medidas de cierre de fronteras. La caras visibles de Facebook y Apple, Mark Zuckerberg y Tim Cook respectivamente, han manifestado en comunicados o redes sociales su rechazo a la deriva antiinmigratoria de Trump, y han expresado su preocupación por el efecto que la orden puede tener para sus empleados. Reed Hastings, líder de Netflix, ha vaticinado en Twitter que la política de Trump "hará de EEUU un país menos seguro". Por su parte, Google, que calcula que al menos 187 de sus trabajadores podrían verse afectados por la medida del ex magnate, ha ido más allá de las palabras anunciando que donará cuatro millones de dólares a otras tantas organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes: Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), el Immigrant Legal Resource Center, el Comité Internacional de Rescate (IRC) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR/UNHCR). La mitad del dinero, no obstante, no será capital de la empresa sino que se aportar a través de donaciones de los empleados, según USA Today.