La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha avanzado que la aprobación de la reforma fiscal podría retrasarse más allá de 2023 si no se ha alcanzado la recuperación económica hasta niveles previos a la pandemia. Sin embargo, la responsable de Hacienda no ve probable que esto pueda suceder, tal y como ha explicado en la presentación de la parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia relativa a su departamento.

"La reforma fiscal estará siempre condicionada a la recuperación económica", ha asegurado Montero en la presentación de los componentes sobre fiscalidad, lucha contra el fraude fiscal y eficacia del gasto público incluidos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a Bruselas.

La ministra ha recalcado que no hay ninguna cifra de recaudación comprometida con Bruselas con respecto a la reforma fiscal, pero sí un objetivo de reducir de forma paulatina la diferencia de 7,7 puntos de PIB de presión fiscal de España con respecto a la media de la zona euro. "No hay compromiso de cifras, ni se ha exigido ningún compromiso de cifras hasta no ver las conclusiones de los expertos", asegura la ministra.

Asimismo, ha informado de que el Ejecutivo tampoco se ha comprometido con Bruselas a eliminar la bonificación del diésel o los tipos reducidos del IVA, a pesar de los rumores difundidos en las últimas semanas.

Las previsiones pasan por alcanzar niveles pre pandemia a finales de 2022

La previsión del Gobierno es recuperar los niveles pre pandemia a finales de 2022, por lo que las medidas fiscales previstas se aprobarían en 2023. Sin embargo, Montero ha matizado: "Todo está en función de las previsiones de cifras de crecimiento. Si no llegamos a las cifras de recuperación, todo el calendario se movilizará".

La responsable de Hacienda ha asegurado que cualquier cambio se acordará con la Comisión Europea, por lo que no peligrarían los fondos europeos, y ha avanzado que algunas de las medidas fiscal podrían abordarse incluso en 2022. Montero ha recalcado que “en ningún caso” la subida del IRPF afectará a las clase media o trabajadora, sino que se abordará la progresividad del mismo.

"Entendemos que la clase media proporcionalmente paga más impuestos respecto a patrimonios más altos", asegura la ministra, que ha admitido que los impuestos sobre fiscalidad verde o el impuesto a bebidas azucaradas sí podría afectar a estas clases medias. En medio del debate por la subida de impuestos, ha aclarado que se debe “huir” del “ruido” asociado a la fiscalidad.

Según Montero, en los últimos años se ha producido una “deslegitimación” de determinadas figuras tributarias y se ha avanzado hacia una “peligrosa carrera fiscal a la baja”. "Es imprescindible que haya debates de país con rigor intelectual, honesto y valiente. Si hay formaciones que dicen que el dinero debe estar en el bolsillo, quiero transmitir que hay contribuyentes que no tienen dinero en el bolsillo", explica Montero.

“Este país no puede ir a Europa pidiendo 140.000 millones de euros sin que nosotros también acometamos las reformas imprescindibles para ir acercándonos progresivamente a la media de la UE en términos de presión fiscal y recaudación”, ha justificado la ministra.