Los altos precios de la luz y de energía se trasladan a los recibos del agua. Así lo indican los datos que baraja el centro de estudios CaixaBank Research. En concreto, los precios del agua se encarecieron un 12,5% más en junio, últimos datos disponibles. Según indican desde este organismo, el encarecimiento del agua se produce en paralelo a la sequía que afecta a distintas y amplias zonas de España desde hace un par de años ya. 

Sin embargo, tal y como han señalado diversos estudios de asociaciones de consumidores, las diferencias entre un municipio y otro son significativas. Desde la OCU, esgrimen que los precios del agua en Barcelona llegan a ser el triple de caros que en zonas como Palencia o Guadalajara por la misma cantidad de agua consumida. Eso sí, la señal de precio, que es el indicador de la escasez de un producto, no está siendo efectiva y explicaría por qué el agua cuesta más incluso en lugares donde no hay problemas de sequía

Pese a esto, según indican desde el organismo, el encarecimiento de los precios del recibo del agua se están moderando, después de que los precios en mayo tocasen techo con un aumento del 13,3%, que es el máximo desde el año 2018. Sin embargo, cabe destacar que permanece la tendencia alcista ininterrumpida desde el pasado mes de octubre. 

Los suministros del agua, en particular, dependen de todos y cada uno de los ayuntamientos en España. En algunos casos, a su vez, se ven afectados también por las correspondientes comunidades autónomas. De esta forma, los precios del agua están en parte condicionadas por las decisiones políticas, junto con determinados factores climáticos de los distintos territorios que componen el país. 

El agua: el recibo que más encarece frente a la energía, cada vez más barata

Entre los distintos recibos que deben pagar las familias españolas, el del agua es el que más se está encareciendo desde diciembre de 2023. Así, el agua se encarecerá tanto por la situación de sequía del país como la consecuente transformación de las infraestructuras de gestión hídrica que necesita el país. Por ello, este suministro cobrará más y más importancia dentro de las facturas de los hogares españoles, al mismo tiempo que los de la luz y de la energía se van abaratando.

Tanto las facturas de la electricidad como las del gas se llegaron a disparar muy por encima que lo que lo está haciendo en la actualidad el agua. En concreto, aumentaron un 37,1% interanual en el caso del gas y un 32,1% en el de la luz en septiembre del año 2022. A partir de entonces, se dieron abaratamientos de hasta doble dígito en varios meses distintos. Esto se debió tanto con la normalización del mercado de suministros como las medidas concretas del gobierno de España. Así, el objetivo ahora debe ser que el agua se vaya igualando a estos otros recursos de los hogares, que son más sensibles su respectiva oferta y demanda, pese a la fuerte regulación en esta materia. 

Qué hay detrás del encarecimiento del agua

Desde el año 2018, el esfuerzo de los hogares españoles ha aumentado, sobre todo por encima del curso entre 2020 y 2021, el otro periodo ascendiente de la serie. En aquel momento, la situación hidráulica en el país era mejor, pero coincidía con otro factor importante, que España acababa de salir de unas elecciones, lo que probablemente provocase encarecimientos en este insumo que no eran convenientes durante periodo electoral y que reflejan las políticas de las corporaciones y gobiernos que entraban. 

Eso sí, la sequía sería el principal factor de ese encarecimiento. En particular, en los territorios más afectados por esta, como es el caso de Cataluña. Por ejemplo, para Barcelona y los municipios de su periferia, el aumento de los precios del agua en este 2024 ha sido del 11,5%. Todo ello después de una década sin moverse. Las alzadas en estos lugares que más han sufrido por la sequía han impulsado a sitios que no han experimentado una escasez hídrica tan significativa a subir las cuantías también. Así, en la Comunidad de Madrid se incrementó la tarifa hasta un 15% el 1 de junio