Un grupo de canadienses de alto perfil tales como exparlamentarios, exministros, jueces y diplomáticos de alto rango han firmado una carta dirigida al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, para que el ministro de Justicia, David Lametti, intervenga políticamente en la extradición de la vicepresidenta de Huawei, Meng Wanzhou, y no sea entregada Estados Unidos a fin y efecto reconducir su relación con China.

Canadá se encuentra en pleno debate para decidir si entregan a la vicepresidenta de la empresa Huawei a Estados Unidos, que pidió su extradición tras acusar a la ejecutiva del gigante chino de telecomunicaciones de haber violado las sanciones comerciales impuestas a Irán.

La carta, a la cual ha tenido acceso la CBC, está fechada a 23 de junio y fue firmada por 19 personas. Todas ellas piden liberar a Meng y poner fin al juicio de extradición para no enviarla a Estados Unidos y así “redefinir su enfoque estratégico” con respecto a China. A corto plazo, esto se traduce en utilizar a Meng como moneda de cambio.

Dos canadienses, Michael Kovrig y Michael Spavor, fueron detenidos en China poco después del arresto de Meng. Ahora, los signatarios de la misiva piden liberar a Meng para traer de vuelta a los Michaels. Además, creen que sería el primer paso hacia una nueva relación entre países: “Eliminar las presiones del proceso de extradición y el encarcelamiento relacionado de los dos Michaels despejará el camino para que Canadá decida libremente y declare su posición sobre todos los aspectos de la relación Canadá-China”.

"Los dos Michaels fueron tomados en represalia directa por el arresto en Canadá de Meng Wanzhou. Creemos que los dos Michaels permanecerán en sus celdas de prisión chinas hasta que Meng pueda regresar a China”, reza la misiva, en la que afirman que los detenidos están en condiciones “equivalentes a la tortura”. Una situación que podría agravarse por los retrasos con la decisión sobre la directiva de la compañía china.

La carta ha sido firmada por la ex jueza de la Corte Suprema Louise Arbor, el ex ministro liberal de Asuntos exteriores Lloyd Axworthy, el ex ministro conservador de Asuntos exteriores Lawrence Cannon, el ex senador conservador Hugh Segal y el ex líder del NDP Ed Broadbent, entre otros.

Estas personalidades piden a Lametti que intervenga amparándose en la Ley de Extradición, modificada en 1999 y que permite al ministro de Justicia federal influir en el proceso en cualquier momento durante la fase judicial: "Sostenemos que ya pasó el tiempo para que el ministro haga exactamente eso: poner fin al proceso de extradición de Meng y traer a los dos Michaels a casa”.

Se puede, ¿se debe?

El economista estadounidense y expresidente de la Reserva Federal Alan Greenspan dijo en una entrevista en CBC News que “el ministro tiene el derecho de retirar la autoridad para proceder y finalizar el proceso de extradición, y es totalmente a discreción del ministro de justicia”. No obstante, precisó que “la pregunta no es si el [gobierno canadiense] puede, sino si deberían”. Resulta obvio que esta decisión abriría una brecha entre Canadá y Estados Unidos y supondría un punto de inflexión en sus vínculos con China.

Robert Fowler, un ex diplomático que fue secuestrado por Al-Qaeda en el Magreb Islámico en 2008-09, también firmó la carta y argumentó que quiere hacer todo lo posible para traer de vuelta a los Michaels: “Creo que tenemos que hacer todo lo posible para llevar a estos muchachos a casa”.

Por su parte, los críticos con esta postura consideran que se debe elevar el tono y la presión contra China. De hecho, una docena de senadores canadienses han pedido a Ottawa que adquiera una línea mucho más dura e imponga sanciones a altos funcionarios del Partido Comunista por “comportamiento tiránico”.

Por otro lado, los que insisten en liberar a Meng alegan que el regreso de los Michaels “desataría las manos de Canadá” y podrían volver a esbozar su estrategia de relaciones internacionales. Su política exterior, a día de hoy, está estancada por este asunto.