El Plan España 2050 que ha presentado este jueves el presidente del Gobierno incluye nueve reformas país con 50 objetivos claves para impulsar los cambios necesarios de la economía española en las próximas décadas. Uno de los datos más relevantes es que la esperanza de vida aumentará hasta más de tres años, según el informe. Es decir, de los 83 años actuales de media, podría pasar a superar los 86 años en solo 30 años.

Según el documento, España cuenta con la tercera esperanza de vida más alta del mundo, solo superada por las de Suiza y Japón, gracias a la mejora de la higiene y la alimentación, la adopción de hábitos de vida más saludables, los avances en educación y al desarrollo de un estado de bienestar amplio y moderno. En concreto, se prevé que la esperanza de vida aumente para los hombres en 3,8 años, hasta casi los 85 años, y para las mujeres con 3,1 años más, hasta alcanzar casi los 90 años.

Sin embargo, el informe de los expertos anticipa que esto tendría como consecuencia un mayor envejecimiento de la población, por lo que se tendría que recurrir a una mayor llegada de inmigración y a retrasar la edad de jubilación de los trabajadores, para poder pagar las pensiones de jubilación correspondientes.  

Según las simulaciones, el gasto público en pensiones podría aumentar hasta en un 5% del PIB, especialmente por las pensiones contributivas, que pasarían a suponer entre el 15,2% y el 16,9% del PIB en 2050, frente al 10,8% de 2021. El propio informe emplaza al Gobierno a debatir las reformas en el sistema de pensiones y recuerda que, por cada persona mayor de 64 años, en 2050 habrá 1,7 personas en edad de trabajar, la mitad de las 3,4 actuales.

¿Qué pasa cuando la generación del baby boom llegue a jubilarse?

El documento alerta de que el momento en que la generación del baby boom llegue a la edad de jubilación “constituye un desafío importante, que tendrá que ser resuelto mediante el diálogo social, el rediseño de las políticas públicas y una revisión de las realidades materiales e inmateriales que rodean a la jubilación".

Para ello, menciona tres claves: la edad de jubilación, la evolución de la tasa de sustitución y la financiación del sistema público de pensiones. En primer lugar, deja en manos del diálogo social el retraso de la edad de jubilación y no se moja a la hora de anticipar la mejor medida para su revisión.

No obstante, advierte: "La mayoría de análisis coinciden en que es necesario reducir prácticas como las jubilaciones anticipadas y aumentar la tasa de participación laboral de la población en edad avanzada a fin de acercar la edad efectiva de jubilación a la edad legal". En la misma línea, asegura que la edad "no se adecúa a una época en la que la mayoría de las personas llegan a esa edad en buenas condiciones físicas y psíquicas".

En segundo lugar, asegura que la tasa de sustitución debe responder “adecuadamente a la necesaria relación que debe existir entre la suficiencia y sostenibilidad de las pensiones públicas, y la equidad intergeneracional que debe perseguir el sistema". La cuestión de la financiación es el tercer gran punto, en el que emplaza al Pacto de Toledo a encontrar un consenso entre las pensiones públicas y privadas.

Incentivar la inmigración legal

Más allá de retrasar la edad de jubilación, la segunda medida que podría aumentar la sostenibilidad del sistema pasa por reforzar el mercado de trabajo. El informe alerta de que en 2050 el "envejecimiento hará que en nuestro país haya 3,7 millones menos de potenciales trabajadores".

Ante esto, pide aumentar las tasas de empleo en jóvenes y mujeres y además, incentivar la inmigración legal, un aspecto especialmente polémico por la crisis migratoria en Ceuta de los últimos días. El informe explica que la política migratoria de los próximos años “ayudará a mitigar el desafío demográfico en el corto y medio plazo” aunque matiza “que no lo resolverá por sí solo a largo plazo”.

“En lo que respecta a la inmigración, esta Estrategia asume que nuestro país seguirá acogiendo e integrando a cientos de miles de personas inmigrantes. En concreto, se proyecta un saldo migratorio de unas 191.000 personas al año de aquí a 2050, ligeramente superior al promedio observado entre 1990 y 2019”, cifra el documento presentado este jueves por el presidente del Gobierno.

El epígrafe correspondiente a la inmigración termina con una declaración muy clara: “La inmigración puede ser, para un país como España, más una fuente de soluciones que de problemas. Puede ayudarnos a amortiguar el descenso de la población en edad de trabajar, a mantener nuestro peso relativo en Europa, y garantizar la sostenibilidad de nuestro estado de bienestar”.