Aunque el esquema está cambiando por completo en todos los niveles y sectores con la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA), la cual ya está provocando que se reconfiguren procesos y expectativas dentro del mercado laboral, por ahora la forma en la que está impactando en la contratación de personal sigue sin ser incisiva. Esta se trata de una circunstancia que refleja una encuesta del Grupo Adecco e Infoempleo, la cual ha planteado un escenario de transición el momento presente, en el que no ha habido una adaptación absoluta a la IA, y en el que conviven avances tecnológicos, escasa preparación empresarial y una demanda creciente de capacitación por parte de los trabajadores.
Según el estudio mencionado, son hasta el 89,66% de las empresas españolas las que aseguran que la IA no ha tenido un efecto relevante ni en contrataciones ni en despidos. Apenas un 3,45% afirma haber reducido la incorporación de personal a causa de estas tecnologías. De hecho es lo contrario, ya que un 6,90% declara haber aumentado la contratación de especialistas en IA. La imagen que proyectan estos datos es la de un mercado que observa con cautela, donde la automatización aún no se traduce en grandes ajustes laborales.
Si bien, esta realidad plantea un problema de fondo: el 67,19% de las empresas reconoce no estar preparada para la transformación digital que acarreará la expansión de la IA. De esta manera, solo un tercio de las compañías consultadas considera que ya ha alcanzado el nivel necesario de madurez digital. Sin embargo, sí es cierto que los cambios comienzan a acelerarse. Un 42,19% de profesionales de Recursos Humanos asegura que sus organizaciones están incorporando progresivamente sistemas de IA, mientras que un 28% prevé hacerlo a corto plazo. De hecho, el porcentaje de empresas que descartan totalmente implementar IA ha caído en solo un año del 44,1% al 26,56%.
La consejera delegada de Infoempleo, Teresa Tomás, apunta que la alfabetización en IA “se está implementando de forma urgente en los procesos internos”, impulsada por la necesidad de ganar eficiencia y mantener la competitividad. En paralelo, subraya, los trabajadores que aún no han recibido lecciones sobre esta tecnología no quieren bajarse del carro y “reclaman formación en IA para realizar sus tareas de forma más productiva y adquirir competencias cuanto antes”.
Escasa formación en IA
La encuesta arroja una conclusión clara: la formación es, hoy por hoy, el principal cuello de botella en la transición digital. “Aprovechar la oportunidad transformadora de la IA exige una estrategia sólida de talento y formación en cada empresa”, sostiene el director de Talento del Grupo Adecco, Alberto Gavilán, recordando además que la Unión Europea quiere que el 90% de las pymes alcance un nivel básico de intensidad digital en 2030.
No hay rechazo por parte de las personas, ya que el interés entre los trabajadores es alto: el 69,3% asegura querer recibir formación para usar IA en su puesto, frente a un 22,73% a quien le resulta indiferente. Sin embargo, la realidad dista de esas expectativas: nueve de cada diez empleados afirma no haber recibido ninguna formación de parte de su empresa.
La brecha también se refleja en la práctica diaria. Un 63,7% de los empleados encuestados declara no haber usado ninguna herramienta de IA en su trabajo, mientras que un 19,4% ha empezado a hacerlo por su cuenta. Solo un 16,85% dice que su empresa les ha proporcionado acceso directo a herramientas basadas en IA.
El contraste aparece cuando se analiza al colectivo de personas en desempleo. Aunque un 49,07% no cree necesitar conocimientos de IA de manera inmediata, un 33,07% considera que sí serán determinantes para encontrar un empleo. Además, casi el 60% de las personas sin trabajo afirma haber usado IA para mejorar su búsqueda, sea para elaborar currículum, preparar entrevistas o analizar ofertas.
En conjunto, los datos apuntan a una transición todavía desigual: una IA que avanza más rápido que la preparación de empresas y plantillas, y un mercado laboral donde la capacitación digital se perfila como factor decisivo tanto para mantener la empleabilidad como para acceder a nuevas oportunidades.