Casi sin existencias. Los estantes de la famosa cadena de zapatos Marypaz ya sólo venden tallas sueltas. Las tiendas que una vez estuvieron abarrotadas de clientas que disputaban, tacón en mano, los últimos pares de la temporada, ahora se encuentran desangeladas.

En plena arteria comercial de Madrid, uno de estos establecimientos, ubicado en la calle Goya, apenas es visitada por una de estas compradoras que, con disimulo, y bastante hastío de una pasada revisa los escasos modelos disponibles de la talla 41. Son las sobras de un imperio, custodiadas por una dependienta que dentro de unas semanas, si no ocurre un milagro o encuentra otro trabajo, estará en la cola del paro.

El emporio que una vez construyó el sevillano Ángel Aguado se encuentra al borde del abismo, o la quiebra, si prefieren otorgarle un tono menos dramático. Cincuenta años de trabajo e historia que han caído en desgracia, o mejor dicho, en las manos de unos hijos - Carlos y Juan- como ocurre con tantas otras empresas exitosas.

La quiebra

Marypaz, que podría considerarse pionera en el formato de zapatos low cost, ha entrado en liquidación y en cualquier momento veremos cómo los cierres metálicos de sus tiendas se echan definitivamente. Por segunda vez en cuestión de tres años, la firma ha solicitado entrar en concurso de acreedores. En esta ocasión lo ha hecho en el Juzgado Mercantil 2 de Sevilla.  

Tres años han pasado desde que, en 2016, la compañía fue restacada por el fondo catalán Black Toro Capital, que posee el 60 por ciento de la compañía y que invirtió 30 millones de euros para reflotar la empresa. De hecho, primero invirtió 10 millones en la campaña otoño-invierno de ese año y posteriormente desembolsó 20 millones para impulsar el plan estratégico de la empresa.

Sin embargo, y aunque la hoja de ruta adoptada estime como fecha clave 2021, lo cierto es que Marypaz no ha logrado amortizar la deuda y de nuevo, con una mano delante y otra detrás, se ve obligada a clausurar muchas de sus tiendas físicas, lo que implica el despido de cientos de empleadas.

Todo esto a pesar de que en el pasado ejercicio fiscal cerró el año con una facturación de 98,8 millones de euros, es decir, un 16 por ciento más que el ejercicio anterior. El 26 por ciento de las ventas procedieron de la venta online, quizá la reconversión pudiera ser una alternativa viable para la compañía. Aunque lo cierto es que, hasta el momento, cualquier esfuerzo ha sido en balde, como adelantó El Confidencial.  

El último cartucho

Con casi 200 tiendas repartidas en España y 850 empleadas, Marypaz únicamente contempla que la inversión en el extranjero sea su chaleco salvavidas. ¡Ni siquiera la campaña de Navidad podría resucitar a las cifras! Por ello, la empresa reconoce haber firmado varios acuerdos internacionales.

Actualmente la cadena está presente en Portugal, Francia, Malta, Marruecos y Túnez. El plan expansionista contempla la apertura de 350 nuevos establecimientos y el aterrizaje de la compañía en Italia, México y Oriente Medio. ¿Será la emigración una solución para los números rojos de la empresa?

Sobre Black Toro Capital

El fondo de capital riesgo se ha convertido en un clúster de firmas de moda. Además de Marypaz, también fue accionista mayoritario de otras marcas como Amichi o Artificial. Además, en su momento concedió un préstamo con opción de compra para financiar la adquisición de Forescat e invirtió en Truccom entre otras.

Actualmente, la cartera de compañías de BTC está compuesta por seis empresas participadas, entre las que destacan Antibióticos de León o Carbures.