El cambio político en Portugal no ha servido para generar confianza en la economía. El Gobierno de centro derecha formado entre el Partido Social Demócrata (PSD) y el Centro Democrático Social (CDS) y presidido por Pedro Passos Coelho ha sufrido la primera gran embestida tras la desconfianza insuflada por Moody's al rebajar la calificación de la deuda del país al nivel de bono basura y apuntar que pueden ser necesarias nuevas ayudas por parte de organismos internacionales para superar la crisis.

Más del 5% para emisiones a tres meses
Con este turbio panorama de telón de fondo, Portugal ha vuelto a acudir al mercado para emitir letras a tres meses, ya que los inversores solo están dispuestos a entrar en este tipo de emisiones y a hacerlo a precios muy elevados. Portugal se ha visto obligado a elevar la rentabilidad de esos títulos hasta casi el 5% para captar 848 millones de euros. El rango establecido para la operación estaba entre 750 millones y 1.000 millones de euro. La emisión es la primera del tercer trimestre, en el que el tesoro portugués espera subastar entre 4.500 millones y 6.750 millones de euros. Pero también se ha disparado la prima de riesgo, que se ha elevado hasta los 921,8 puntos básicos con la rentabilidad del bono a diez años en el 12,17%.

Quejas del presidente contra Moody's
Pedro Passos Coelho se queja de que Moody's no le ha dado ni un respiro. De hecho, la rebaja de la calificación de la deuda hasta el nivel de bono basura se produce apenas tres días después (y con el fin de semana de por medio) de que presentara ante el Parlamento portugués un programa incluso más duro que el aprobado, bajo la presidencia del socialista José Sócrates, por Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea y el Banco Central Europeo para recibir los 78.000 millones comprometidos en el plan de rescate.

Medidas de austeridad
Así anunció que Los portugueses deberán pagar como impuesto la mitad de la paga de Navidad en aquellos sueldos que superen el salario mínimo (485 euros). La medida, que se traducirá en el ingreso de 800 millones de euros para el fisco luso, no ha gustado nada a los afectados. Sobre todo teniendo en cuenta que la derecha votó en contra de una subida de impuestos que fue la responsable principal de la caída de Sócrates. Y es previsible que haya más subidas, ya que el objetivo es recaudar 2.000 millones adicionales.

Subidas impositivas
Con el propósito de atraer capitales internacionales, el Gobierno decidió también adelantar al próximo mes de septiembre las privatizaciones de las compañías eléctricas Energías de Portugal (EDP) y Redes Energéticas Nacionales (REN). Además está previsto que haya recortes en el subsidio de desempleo y de las indemnizaciones en caso de despido, de las pensiones superiores a 1.500 euros mensuales, el aumento del IVA y las reformas para rebajar el peso del Estado, que incluyen un significativo tijeretazo a la Administración central, municipal y regional, incluidas las empresas públicas. En éstas va a eliminar la llamada acción de oro, que le permite ejercer el derecho de veto en la toma de decisiones de empresas con Portugal Telecom, EDP o la petrolera Galp.