Edesa Industrial, heredera de Fagor Electrodomésticos presentó el viernes pasado, en un juzgado de San Sebastián, un concurso de acreedores “con carácter de continuidad”, después de tres años de que el grupo catalán CNA intentara salvar la principal cooperativa de la Corporación Mondragón.
ERE para 143 trabajadores
Un total de 143 trabajadores han sido afectados por el ERE en Edesa Industrial y el resto de la plantilla, otros 163, ven en peligro sus puestos de trabajo por la actividad deficitaria de la compañía, para la que el grupo catalán CNA, que preside Jorge Parladé, predijo 705 empleos y una facturación de 400 millones de euros para 2016.
Fagor Electrodomésticos cerró en octubre de 2013 con una deuda acumulada algo superior a los 1.000 millones de euros. CNA, con sede en Torelló (Barcelona) y comercializador de otras marcas como Cata, Nodor, Apelson o Aspe, asumió la propiedad de los activos en una subasta judicial tras abonar 42,5 millones.
Una deuda de 104 millones
El comité de empresa responsabiliza a la dirección de “mala práctica empresarial”, “una absoluta falta de previsión” y “decisiones contradictorias”. Uno de los trabajadores, Xabier Arrieta, declaró a El País que “empezaron con muy poco circulante en un negocio que requiere de mucho dinero para mantener la actividad. Se ha demostrado que no conocían el terreno”.
En 2015 la compañía no tuvo pérdidas gracias en parte a los pedidos que tenían comprometidos anteriormente, pero durante el ejercicio 2016 Edesa Industrial arrojó un resultado de explotación negativo de 35 millones, y en mayo de este año presentaba un ebidta negativo de ocho millones. La deuda rondaba los 104 millones, el pasado 30 de junio.
La facturación neta de Edesa Industrial es de 80 millones aproximadamente y, según las estimaciones realizadas por la consultora PWC. Edesa Industrial necesitaría unas ventas de 240 millones para ser rentable, aunque la dirección cree que ni con esas cifras podría atender sus obligaciones financieras.