La tasa de inflación anual de la eurozona marcó en el pasado agosto un nuevo récord histórico del 9,1% (tres décimas más que en julio), derivada de la subida de la energía y los alimentos, según los datos publicados este viernes por Eurostat.

Respecto a la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles como son la energía, alimentos no procesados, alcohol y tabaco, también aumentó un 4,3% en agosto desde el 4% en julio.

Por su parte, el índice de precios al consumidor (IPC) de la eurozona cuadriplica ampliamente el objetivo del 2% que había establecido el Banco Central Europeo. En la próxima reunión del 27 de octubre la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha anunciado más subidas potentes de tipos de interés y en las siguientes, después del aumento de un 0,75% aprobado la semana pasada. Lagarde asegura que la prioridad ahora es doblegar la alta inflación y evitar que se acomode en la economía.

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, ha alegado este viernes que el actual parón económico no es suficiente para controlar los precios y que la mejor solución es más subidas de tipos. "La ralentización de la economía no va a resolver la inflación por sí misma", ha afirmado en una entrevista al diario portugués Expresso.

"La desaceleración de la economía reducirá las presiones de demanda, lo que rebajará la inflación. Pero, simultáneamente, tenemos que actuar desde el punto de vista de la política monetaria para mantener ancladas las expectativas de inflación y evitar efectos de segunda ronda", ha declarado el vicepresidente.

No obstante, dentro del Consejo de Gobierno del BCE se mantiene una fuerte división a cerca de la cuantía de las futuras subidas de tipos. Por un lado, el propio Guindos reclama una "acción determinada", por otro lado, el gobernador del Banco de Portugal, Mário Centeno, apuesta por "pasos lo más pequeños posibles".

Estonia (25,2%), Letonia (21,4%) y Lituania (21,1%) son los países que sufrieron las cifras más altas de inflación en agosto. En el extremo contrario, Francia (6,6%), Malta (7%) y Finlandia (7,9%) son los Estados miembros con un IPC más bajo.

España, entre los grandes países de la eurozona, es el que tiene una inflación más elevada, con un 10,5%, por delante de Italia (9,1%) y Alemania (8,8%).

La mayor contribución en agosto a la tasa de inflación anual de la eurozona fue por parte de la energía (3,95 puntos porcentuales), por detrás los alimentos, alcohol y tabaco (2,25 puntos porcentuales), servicios (1,62 puntos porcentuales) y productos industriales (1,33 puntos porcentuales).