Julio Corrochando fue director de Seguridad Corporativa del BBVA, puesto que le permitió ejercer de enlace entre Francisco González y el excomisario José Manuel Villarejo durante las investigaciones de este último a los principales ‘enemigos’ de la entidad financiera como Luis del Rivero (Sacyr), Juan Abelló y Miguel Sebastián. Estos, según las investigaciones del expolicía, tejían una operación para hacerse con el control del BBVA, algo que puso muy nervioso a González.

En una conversación datada en enero de 2005, Corrochano le trasladaba a Villarejo el interés que tenía Francisco González en la operación de espionaje que debía llevar a cabo el expolicía. “Mi presidente, ni las conclusiones lee, hay que decirle pim, pim, pim y pim y a tomar por culo”, explicaba el jefe de seguridad de la entidad al comisario que, a su vez, también le detalló cómo tenían que ser los informes para que González estuviera satisfecho.

La metodología de FG

“Bueno, el informe, ¿cuándo?”, preguntaba Corrochano a su interlocutor con insistencia. “Ya, el informe ya, vamos, debe estar ya, lo que pasa es que estoy con los últimos retoques”, respondió Villarejo en estas grabaciones publicadas por El Confidencial. El empleado del BBVA no persistió en su insistencia y le dijo que “es que el jefe…”, aunque Villarejo no le dejó terminar la frase, pues le emplazaba a una nueva llamada para decirle quién era el encargado del informe”.

Esta conversación fue previa al pinchazo de los 15.000 contactos telefónicos que más interesaban al presidente del BBVA. Corrochano y Villarejo mantuvieron una reunión en la que el primero le trasladó su pesar al segundo por informe preliminar. En este encuentro, explicó al excomisario cuáles debían ser los pasos posteriores a ello y el método que tenía que seguir el policía para la elaboración de los documentos.

“Ángel, mi director, lo ve así también; le entran un millón y medio de papeles diarios; además, mi banco es el banco sin papeles”, explica el director de Seguridad de la entidad financiera antes de hacer hincapié en “acciones agresivas y desestabilizadoras que han permitido con seguridad cambiar…”.

La operación Trampa – así es como se conoce a este entramado coordinado por Corrochano y Villarejo – tenía como objetivo obtener información que pudiera perjudicar al grupo que quería desbancar a Francisco González.

Corrochano le pedía a Villarejo que tuviera informes constantes para trasladárselos al presidente de la entidad financiera. “Sobre todo para cuando me llame, porque me llama cada diez o quince días el presi y quiero tener tres o cuatro historias preparadas”, explicaba el director de Seguridad del BBVA al hoy comisario jubilado.

Antes de pinchar el teléfono de Miguel Sebastián, el excomisario Villarejo le trasladó a su compinche el plan para obtener la información. Entre estas conversaciones, destaca una en la que se detalla que Montilla estaba “organizando a muerte” una unión entre La Caixa y Caixa Cataluña que haría a la entidad catalana “tener el control de la economía”.

Informaciones furtivas

Y es Villarejo señala que “hay muchos de CiU que son de La Caixa y que los están cambiando de sitio". Además, insiste en que “otro tema que a lo mejor interesa también, que me han contado estos días que lo quería hacer Montilla, es una documentación que han encontra en Chile contra el de Endesa, de comisiones y no sé qué”.

“Es importante, porque luego se lo cuento…”, responde Corrochano antes de que el excomisario hoy en prisión le informe de que Montilla tanteaba a un periodista para filtrarle ambos temas y asegurar que podría conseguir “alguna fotocopia de cartas que el presidente del Banco Mundial le dio a un ministro chileno”. El asunto de las “comisiones de Endesa” le “viene bien” al director de Seguridad del BBVA, que muestra su sorpresa por la intención de Montilla de meter a Narcís Serra en las cajas catalanas.

Los dos interlocutores profieren críticas hacia “los italianos”, en alusión a la Banca Nazionale Lavoro. Se trata de una entidad en la que entró el BBVA a través de compra de acciones y es una de las más fuerte del país transalpino. “Vais a tener guerra”, explica el comisario.

Villarejo continúa y le pregunta a Corrochano si “no has comprado nunca a mi amigo de Proselec”, hallándose ante la negativa que le profiere el director de Seguridad aunque reconoce que quiere “darle entrada”. “Te organizo un día un papeo con el dueño”, le promete el excomisario. “Sí, sí, pero tenemos que ver qué planes tenemos, nosotros lo que hacemos es aconsejar; bueno, no nos hacen mucho caso”, lamenta Corrochano en el momento previo a que el excomisario le pida un día de la semana que viene para quedar. “Yo fui tan gilipollas que cuando montó el tinglado me ofreció ir a medias con él y, como yo estaba excedente y tal, me equivoqué”, recuerda el expolicía.