Cerca de 40.000 personas en España no tienen hogar, afirma Cáritas. A estos ciudadanos se les suman las casi 60.000 familias que han sido afectadas por alguno los desahucios en el año 2018. En concreto, seis de cada diez personas en exclusión -casi 800.000 hogares y 2,1 millones de ciudadanos- se encuentran, por primera vez, afectadas en la dimensión de la vivienda, apunta la Fundación FOESSA. Una situación difícil de gestionar en el conjunto del territorio español a la que se suma la invisibilidad social.

Desde el Defensor del Pueblo alertan de que, “se han recibido quejas a lo largo del año y ha tenido conocimiento de numerosos casos, entre los que se encuentran familias con niños, embarazadas o enfermos, que solicitaban asistencia al SAMUR Social, pero no lograban obtener plaza en la red de albergues de Madrid, por lo que quedaban en la calle, sin recibir protección municipal de emergencia. A finales de año (2018), los trabajadores del SAMUR Social denunciaron ante el Defensor del Pueblo estos hechos que, según ellos, afectan a la atención de familias solicitantes de asilo y familias en situación de calle tras procesos de desahucios”. En el “Informe anual 2018”, publicado por la institución, se denuncia además, “la carencia de recursos para atender demandas de alojamiento de personas en situación de emergencia social y de extrema exclusión”.

Ante esta situación, el Defensor del Pueblo explica a El Plural, que “a parte de las quejas concretas que recibimos, la institución tiene abiertas actuaciones en ciudades como Madrid, Barcelona y Sevilla para conocer la situación de las personas sin hogar, la capacidad y estructura de la red de recursos para emergencia social y la capacidad de reacción ante repuntes de la demanda de plazas”.

Sin embargo, ni el Estado ni las autonomías son capaces de garantizar un techo y seguridad a todas estas personas y la cifra de ciudadanos sin-hogar aumenta en España, a pesar de que el país pertenece al club del denominado “primer mundo”. Los datos revelan que aún queda mucho por hacer.

España es uno de los países europeos con menor porcentaje de vivienda pública, a pesar de que la promoción de las VPO forman parte de la Agenda Urbana Española, enmarcada en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para 2030. “Diez años después del comienzo de la crisis económica y 4 después de su punto de inflexión en 2013, las personas en situación de exclusión social se han incrementado un 12 por ciento más”, señala Cáritas en alusión al VIII Informe FOESSA.

Además, nuestro país, es el cuarto de la Unión Europea con mayor tasa desigualdad. En concreto, y por detrás de Bulgaria, España es el segundo país del conjunto europeo en el que mayor distancia existe entre ricos y pobres. Esta situación se ha agudizado desde el inicio de la crisis económica en el año 2008. Desde entonces, los niveles de pobreza se han disparado y a ellos se suma la inseguridad laboral y los contratos precarios.

Precisamente la precarización laboral ha dado origen a un nuevo fenómeno, el de los trabajadores pobres, incapaces de llegar a fin de mes o asegurarse un techo bajo el que vivir. De hecho, el riesgo de pobreza crónica de las familias españolas se duplicó entre 2008 y 2016. Una situación que también afecta a los menores. La pobreza infantil impacta en uno de cada tres niños en España, habiendo 2,2 millones de menores en riesgo de pobreza, según el indicador AROPE.

Ellas, afectadas por el sin-hogarismo

Otro dato que llama la atención en este último año es el elevado número de mujeres también afectadas por el sin-hogarismo en España. En concreto, en Madrid en el pasado año las mujeres representaron el 16,2 por ciento de las gestiones atendidas por el Samur Social en la calle. En 2017 fueron el 14,5 por ciento. En Barcelona la situación se agrava y el porcentaje de los sin-hogar ha sido mayor (un 65 por ciento) para las mujeres que para los hombres (44 por ciento).

El frío y la inseguridad son los principales agentes adversos a los que tiene que enfrentarse un colectivo prácticamente invisible ante los ojos del resto de la sociedad. Rostros olvidados por la administración pública, que además de las dificultades mencionadas también hacen frente a la falta de higiene, asistencia sanitaria o una correcta alimentación, entre otros ‘desafíos’.

Teniendo en cuenta que, según el INE, los centros de alojamiento para personas sin hogar acogieron una media de 18.001 personas diariamente en España, está claro que los recursos no son suficientes por ello, organizaciones como Cáritas saldrán a la calle, en el Día Mundial de las Personas Sin Hogar para reivindicar una mayor visibilización y acciones concretas.

Europa, víctima de las diferencias sociales

¿Y en Europa? Más de lo mismo. Según el Tercer Informe de Exclusión Residencial en Europa, publicado por FAENAS y la Fundación Abbé Pierre, 11 millones de europeos viven en la calle al no disponer de alojamiento. En los últimos años, el ‘sinhogarismo’ se ha agudizado en casi todos los países europeos a excepción de Finlandia y Noruega, que han conseguido reducir la cifra de personas sin hogar en su territorio.