En plena jornada de reflexión tras la Cumbre del Clima de 2022, toca hacer balance de en qué punto se encuentra cada país asistente y cuáles son las oportunidades de mejora. En este sentido, España se ha consolidado como país con gran potencial en inversión y gestión de energías renovables. Ya en 2021, España llegó a conseguir que el 47% de su energía generada fuese limpia. En 2022, según los datos disponibles hasta agosto, las energías limpias representan el 41,3% de la energía renovable total.

Nuestro país cuenta con dos grandes ventajas comparativas. Por un lado, las horas de sol, ya que, con 2.500 horas de sol anuales, el nuestro es uno de los países más soleados de Europa. Por otro lado, España también se ha consolidado como un referente en el sector eólico, que da empleo hoy a 30.000 personas y que supone ya más del 20% de la electricidad total en nuestro país. De hecho, la capacidad eólica española es la quinta a nivel mundial, solo por detrás de China, Estados Unidos, Alemania y la India, en el ranking de países con mayor potencia instalada.

Es más, España ha conseguido situarse en el octavo puesto de los países más atractivos para invertir en renovables, según la 60ª edición del informe Renewable Energy Country Attractiveness Index (RECAI), precisamente por su potencial en energía solar fotovoltaica y eólica.

Bronca política respecto a los recursos de España

Deberíamos estar de celebración entonces en España, ya que las energías más baratas son primero la solar fotovoltaica, dada la reducción en un 90% de los costes de instalación de los paneles solares durante los últimos años, y después la eólica. De hecho, fuentes del sector financiero indican la oportunidad que se viene a la hora de invertir en estas energías renovables: “Es incontestable, la energía renovable se está convirtiendo en un gran activo de inversión, en concreto la solar, que es la más barata de todas”.

Sin embargo, no todos los partidos políticos de nuestro país opinan igual. En las comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón, las renovables ya representan la mayor parte de la energía producida. Pero, precisamente la comunidad sin capital, Castilla y León, se ha situado en el centro del debate. Fue Vox, quien durante el inicio del curso político comenzó a plantear la posibilidad de abrir de nuevo la central de Garoña en Burgos, que dejó de funcionar en 2017. El Partido Popular (PP) siguió el rebufo, empleando un discurso de abogar por la reapertura de centrales nucleares y de utilizarlas como apoyo a las energías renovables, así como de solución a la crisis energética que ha elevado la factura eléctrica a los consumidores. Nuclenor, propietarios de Garoña, han mantenido su posición sobre el desmantelamiento y el cierre definitivo de la central, pero el debate iniciado en las Cortes de Castilla y León ha escalado incluso al plano nacional.

En palabras de Santiago Abascal, líder de Vox, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha intentado “ridiculizar la solución nuclear” diciendo que es “para una o dos décadas” pero “viene aquí con un pin en la solapa de la Agenda 2030”. Sánchez ha mantenido su discurso al respecto durante todos estos meses señalando que “este Gobierno trabaja para hacer frente a dos crisis, la energética como consecuencia de la guerra de Ucrania y la climática, y ambas respuestas tienen que ser coherentes”. También ha aprovechado el líder del PSOE en más de una ocasión para arremeter contra la oposición, indicando que “hay claramente en el sistema político dos derechas, una derecha que niega el cambio climático y otra que no dice que no exista pero que actúa como si no existiera ese cambio climático, que es el Partido Popular”.

El presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo, ha insistido durante los últimos meses en que la energía nuclear cuenta con un rol importante en el abastecimiento energético de España y ha pedido en múltiples ocasiones revisar el plan de cierre de centrales firmado por el Gobierno actual. No obstante, Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, la principal asociación de empresas de energía nuclear de España, ha indicado que el líder de la oposición no se ha reunido todavía para hablar sobre el futuro de la industria nuclear y ha avisado, en este mes de noviembre, de que sus centrales no van a seguir funcionando a cualquier precio, incluso aunque un futuro gobierno les permita seguir operando.

Así, el PP ha seguido la línea de defender la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares españolas, “valorando también la posibilidad de su repotenciación cuando las condiciones lo hagan posible". Pero Pedro Sánchez ha sido claro al respecto, “no vamos a dar ni un paso atrás”, ha reiterado. Así, el Gobierno, liderado por los socialistas, ha abogado por un futuro basado exclusivamente en la energía renovable, contando con el apoyo temporal de las centrales de gas natural.

El Gobierno continúa abogando por la transición energética

De esta forma, el Gobierno de España ha mantenido la línea que apoya la transición energética. Sin ir más lejos, esta misma semana se conocía que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha lanzado a información pública una propuesta de orden ministerial que establece las bases reguladoras para otorgar ayudas a proyectos de nuevos modelos de negocio que enfrenten el cambio climático.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), entidad adscrita al Ministerio, se encargará de gestionar las ayudas, con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), y, concretamente, al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (Perte Erha). Por tanto, se otorgarán subvenciones repartidas en tres líneas de actuación diferentes: innovación en la transición energética, descarbonización del sector energético e integración de energías renovables, y 'Startup' para la transición energética. En un comunicado, el Ministerio indicó que estas ayudas incentivarán proyectos de nuevos modelos de negocio que ofrezcan soluciones innovadoras a los retos planteados por la transición energética.

Lo que resulta incuestionables es, que el crecimiento de las energías renovables es imparable. Tal y como señala la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la participación de las renovables en el suministro eléctrico global pasará del 26% en 2018 al 44% en 2040, proporcionando dos tercios del incremento de demanda eléctrica registrado en ese período. Asimismo, el organismo prevé que las energías con más peso serán la eólica y fotovoltaica, lo que supone una gran noticia para España, si cuenta con un gobierno que abogue por las ventajas competitivas de nuestro país en este sentido.