José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ha defendido nuevamente la reforma de las pensiones que está acometiendo el Gobierno y se ha dirigido a los agoreros, que aseguran que tanto el sistema como la revalorización de las pensiones es insostenible, para desmentir el argumentario catastrofista con cifras y datos reales. “Si hay algo que tiene que hacerse desde lo público, en un entorno crecientemente incierto, es mitigar las incertidumbres”, les ha afeado en un encuentro organizado por 65yMás en el Senado.

“Las reformas asumidas por el Gobierno están implicando que los ingresos medios a la Seguridad Social estén creciendo al 8,5%” y marcan ya sus máximos en 15 años, ha defendido el ministro. Además, aunque de cara a las dos próximas décadas el número de pensionista aumentará considerablemente al llegar a esta edad la generación del baby boom; Escrivá ha expuesto que, gracias a la Reforma Laboral, muchas más personas están trabajando, lo que aumenta la cantidad y la cuantía, con la mejora de las condiciones, de las cotizaciones al sistema.  

Presente y futuro de la reforma

El ministro ha relatado y celebrado los cambios ya implantados en el marco de la primera parte de la gran reforma del sistema de la Seguridad Social. En este periodo, el mayor esfuerzo se ha depositado en “incentivar la jubilación demorada” y mantener el valor de las prestaciones. Con vistas a futuro, Escrivá ha garantizado que se continuará aumentando los niveles de pensión máxima, simultáneamente con las bases de cotización, de forma paulatina. Además, ha revelado que en 2024 se abordarán las modalidades de jubilación parcial y jubilación activa, opciones que buscan “seguir acercando la jubilación efectiva a la jubilación legal”.

De cara a 2023, una vez cerrada la inflación media de 2022, que el titular de la Seguridad Social estima en el 8,5%, las pensiones se revalorizarán conforme a este índice, ha asegurado. “El gasto de vivienda y energía de los pensionistas supera en más de 9 puntos a la media de los hogares españoles, dos puntos en el caso de la alimentación”, ha expuesto el ministro para defender la necesidad de mantener el poder adquisitivo del colectivo pensionista y de sus retribuciones.

Ejemplo de la capacidad de resiliencia del sistema y muestra de su futuro mantenimiento es el déficit de la Seguridad Social. En el año 2017, el déficit del sistema se establecía en el 1,6%. En 2021, este valor ya se situaba en el 0,9% y las estimaciones y los datos que se van conociendo colocan el valor en un 0,5% para el presente año y el siguiente. “Si no hubiese estos valores de inflación, la Seguridad Social ya se encontraría en valores de superávit”, asegura Escrivá.

Diferencias con la reforma del 2013 del PP

La reforma de 2013 generaba una incertidumbre a los pensionistas por los mecanismos que incorporaba y los recortes masivos. Esta ley dejó de aplicarse casi de forma inmediata y nos quedamos sin marco de referencia”, recuerda el ministro. Esto ha obligado al nuevo Ejecutivo a recuperar la credibilidad del país con Europa en este ámbito, explicando que esta reforma, “a diferencia de la de 2013, se basa en las recomendaciones del Pacto de Toledo y el consenso social”, lo que, en su opinión, debería generar más certidumbre.

“Es una reforma muy ambiciosa de todo el sistema que busca eliminar incertidumbres. Plantea asegurar la sostenibilidad del sistema, el mantenimiento del poder adquisitivo y aumentar la equidad. Incluye un total de 21 recomendaciones del Pacto de Toledo y se comparte con los agentes sociales. También es el resultado de un compromiso con las autoridades europeas, cuyo mayor encargo es la sostenibilidad”, ha destacado.

Uno de los aspectos más diferenciales de esta reforma con respecto a la que la precedió es el mantenimiento del poder adquisitivo. En la anterior, la revalorización se sustentaba en el Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) lo que suponía un incremento anual del 0,25%, lo que, teniendo en cuenta la inflación, supondría una gran perdida del poder adquisitivo de los pensionistas en estos momentos. Es por ello que la nueva norma ha indexado la revalorización de las pensiones al IPC, para garantizar el mantenimiento del nivel de vida.

En esta línea, Escrivá ha defendido continuar con las políticas sociales y de inversión pública para garantizar la estabilidad de los hogares. “Ni si quiera los mercados defienden ya la dicotomía liberal. Miren Reino Unido”, ha atacado. En este sentido, ha creído constatado el fracaso de los modelos que buscan recortar las pensiones, las ayudas sociales y cualquier inversión pública del Estado en favor del mercado.