Gonzalo Rodríguez, director de Desarrollo de Negocio de BBVA en España, ha presentado este miércoles su nueva tarjeta bancaria Aqua, “una nueva forma de entender los pagos, tanto en Internet como en los comercios físicos, más sencilla y segura”, en palabras del representante.

Para mejorar la seguridad de los clientes bancarios, la tarjeta no incluirá el número impreso ni tampoco el CVV. De hecho, BBVA ha optado por incluir un CVV dinámico que cambia cada 5 minutos. La entidad ha explicado que, por el momento, se ofrecerá esta opción a los clientes de BBVA pero que no supondrá el fin de funcionamiento de las tarjetas habituales.

Además, la tarjeta incorpora un control adicional de la operativa y permite apagar y encender temporalmente la propia tarjeta en múltiples ocasiones, para proteger al cliente en caso de pérdida o robo.

La tarjeta será gratuita para la mayoría de clientes BBVA, aquellos que cumplen las condiciones, según el director de Desarrollo de Negocio, mientras que tendrá un coste de aproximadamente 40 euros para una pequeña parte de los clientes. La tarjeta de débito tendrá un coste de 35 euros anuales, con el primer año gratuito, y la tarjeta de crédito supondrá 43 euros a nivel anual.

Para desarrollar este nuevo proyecto, BBVA ha llevado a cabo un estudio basado en entrevistas con 1.000 clientes en España, realizadas durante el pasado mes de diciembre, sobre el uso de las tarjetas y de la banca digital.

El objetivo de BBVA es aumentar la seguridad en los pagos y operaciones financieras, con el fin último de mejorar la propuesta de valor. Así, también pretenden aumentar el número de clientes digitales, que ya se disparó durante la pandemia por las restricciones a la movilidad y el estado de alarma. BBVA está inmerso en un proceso de digitalización, tal y como refleja la tendencia bancaria europea.