Emanciparse supone aún una misión imposible en España.. Así lo indica el segundo informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) del segundo semestre de 2023. Según este, el año pasado cerró con que sólo el 17% de los jóvenes han podido salir del nido y emanciparse. Pese a que ha crecido la tasa de gente emancipada, este aún no es un dato para celebrar, tal y como indican desde el organismo. Según el CJE, la subida en la tasa de emancipación es directamente proporcional al empeoramiento de las condiciones de esta. "Nos emancipamos lejos de casa, obligadas por la falta de empleo digno en los lugares donde la vivienda es más asequible y por la falta de vivienda de calidad en los lugares donde se encuentra el empleo", han señalado en el documento al que ha tenido acceso este medio. 

La tasa de emancipación, pese a que se sigue recuperando, aún se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia de Covid-19. En concreto, es un 1,6% más bajo. A su vez, sigue muy por debajo de las cifras de los años previos a la recesión de 2008, hasta ser 8,9 puntos porcentuales menos que entonces. Y continúa muy por detrás de la media europea, que es 14,9 puntos superior a la española. Además, si se compara la edad de emancipación en España con la de Europa, los jóvenes españoles tardan más en abandonar el nido. Así, la media se ubica en los 30,4 años, frente a los 26,3 años del conjunto europeo. 

El aumento de personas jóvenes emancipadas se debió a una mejora en el salario mediano joven del 4% con respecto al año anterior, así como a un descenso en su tasa de paro de 1,08 puntos. Sin embargo, esto aún no es suficiente para afrontar muchos de los problemas que hoy día viven la juventud española, entre los cuales destacan los precios de la vivienda o la precariedad laboral.

La vivienda, más cara que nunca: 4,4 años sin gastar nada para poder pagar la entrada

Una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los jóvenes a la hora de emanciparse reside en los desorbitados precios de la vivienda y del alquiler. En el caso de la compraventa de viviendas, los precios continuaron más bajos que en el año 2008, antes de la crisis. Sin embargo, eso no implica que los datos sean buenos. Según explican en el informe, para poder pagar la entrada de una vivienda, una persona joven tendría que dedicar su salario de 4,4 años sin gastar ni un solo euro más

Pero no solo es muy alto el precio de compra de viviendas. El alquiler en 2023 fue el más caro de la historia, de forma que subió hasta ubicarse en los 968 euros al mes de media en toda España. En consecuencia, este supuso el 92,1% del salario de una persona joven, que es de 1.050, 77 euros mensuales. Esta cifra queda muy lejos del 30% que los organismos internacionales señalan como el máximo aceptable, tal y como critican desde el CJE. A esto se suma que los salarios crecen a un ritmo menor que los alquileres, ya que desde 2008 el sueldo entre los jóvenes ha subido un 6,1%, frente al 40,7% que ha aumentado el precio del alquiler.

No solo eso, sino que los precios de los suministros complican que las personas jóvenes no podrían permitirse alquilar una vivienda en solitario. Además, a estas cuantías habría que sumar los gastos de la comida, la ropa que necesite y el ocio, entre otros más. 

Mejoran la tasa del paro y el sueldo, pero siguen las condiciones precarias

Pese a que hayan mejorado los datos tanto de la tasa de empleo como del sueldo medio de los jóvenes, las condiciones siguen siendo precarias, hasta el punto de que bloquean sus capacidades de emanciparse. Así, si bien la tasa de emancipación fue mayor entre quienes están ocupados que entre las personas inactivas o en paro, tan solo el 29.6% de quienes tenían trabajo vivían fuera del hogar familiar. Es decir, cerca del 70% de los jóvenes con trabajo aún residían con sus familias

A esto se suma que las mejoras en los otros dos indicadores no son suficientes. En el caso de los sueldo de los jóvenes, este aumentó un 4% hasta situarse en los 12.609,26 euros netos anuales, como consecuencia de la subida del salario mínimo interprofesional. Sin embargo, si se quita el efecto de la inflación, el poder adquisitivo de este colectivo creció sólo un 0,9%. Asimismo, aunque la tasa de empleo aumentó en un 1,48%, el 26,4% de los asalariados estaban contratados a jornada parcial, de los cuales más del 40% lo estaban de forma involuntaria. Y también creció el número de jóvenes autoempleados hasta alcanzar el 5,6% del total de la juventud ocupada, pero sus ingresos seguían siendo muy inferiores a la media del sueldo joven. 

No en todas partes ha mejorado la tasa de emancipación

Como consecuencia de las fuertes diferencias en los precios de la vivienda y las condiciones de empleo entre las distintas autonomías españolas, existe una gran desigualdad entre los territorios con respecto a la emancipación de sus jóvenes. Así, por ejemplo, en cinco comunidades el porcentaje empeoró. Este es el caso de Baleares, Extremadura, La Rioja, Murcia y Navarra, donde la cantidad  de personas emancipadas ha bajado en comparación a 2022. 

Pero, además, dentro de los diferentes territorios siguen teniendo cifras muy dispares entre sí. En el caso de Barcelona, la tasa de emancipación es del 20,6%. Sin embargo, la cantidad de jóvenes que viven fuera de casa de su familia en Entremadura a penas es del 13,6%.