Dos representantes de técnicos del Ministerio de Hacienda agrupados en Gestha, Carlos Cruzado y José María Mollinedo, junto al profesor de la Universitat Rovira i Virgili, Jordi Sardá, han presentado un informe titulado "La economía sumergida pasa factura", en el que afirman que al finalizar 2012 el dinero negro que circulaba por España ascendió a 253.000 millones de euros, lo que representa casi un cuarto de la economía español (25% del PIB) y que creció desde que estalló la crisis (2008) a razón de casi 15.000 millones de euros anuales. Si los datos son escalofriantes, otras conclusiones de los expertos son hay más llamativas, como por ejemplo que el Gobierno mira para otro lado para evitar conflictos sociales.

Economía sumergida, colchón familiar y ONGS
En definitiva lo que se desprende del estudio es que en un país en el que tradicionalmente la economía sumergida representa un porcentaje escandaloso para lo que es un país desarrollado, se constata que a más crisis más aumenta la economía sumergida. Es más, los expertos que han elaborado el informe señalan las claves para que no haya un estallido social en España a pesar de la insoportable tasa de paro (26,3%), los recortes sociales, la subida de impuestos y la devaluación salarial: el apoyo familiar (colchón familiar), la cobertura de las ONGS, las coberturas sociales estatales que quedan y la economía sumergida. Todos estos factores explican que tras cinco años de dura crisis (2008 a 2013) la sociedad española está en calma.

Economía sumergida y paz social
Es precisamente esa calma social lo que los técnicos de Hacienda consideran que compensa a este Gobierno y anteriores para no perseguir la economía sumergida con más medios y al mismo nivel que se hace en el resto de países de nuestro entorno. Baste recordar que en 2007 el volumen de economía sumergida representaba el 17,8% del PIB y al finalizar 2012 estaba rozando el 25%. Si la crisis puede explicar el aumento de la economía sumergida, nada puede justificar la permisividad ni política ni social, dado que aquellos que operan en dinero negro también exigen al Estado pensiones, sanidad y educación pública, además de otros servicios, que se sufragan con el dinero de quienes sí pagan impuestos.

España: problema moral con los impuestos
Los españoles no estamos concienciados de que para tener buenos servicios públicos es necesario pagar impuestos y mientras exigimos prestaciones públicas de calidad somos muy permisivos con el fraude fiscal y con quien presume de engañar a Hacienda. Así se constata en el informe presentado, donde se señala que en España hay un grave problema de moralidad con el pago de impuestos. Aquí está tan enraizada la "cultura del fraude" que solo nos superan Italia, Portugal y Grecia. Estamos lejos, lejísimos de Alemania, Francia o Gran Bretaña donde la economía sumergida oscila solo entre el 10 y el 13% del PIB.