De acuerdo con la CEOE, el dato avance de Contabilidad Nacional Trimestral del cuarto trimestre de 2022, publicado este viernes, muestra un resultado similar al registrado en los tres meses anteriores. Sin embargo, la patronal asegura que el ritmo de crecimiento se frena significativamente hasta el 2,7%, frente al 4,8% del tercer trimestre, pero continúa creciendo esquivando la recesión.

Con este dato, y teniendo en cuenta que el INE ha revisado ligeramente al alza el crecimiento del segundo y tercer trimestre, el PIB habría aumentado un 5,5% en términos reales en el conjunto de 2022. En nominales, el PIB aumentaría un 10,1%, mientras que el deflactor de la economía en promedio anual sería del 4,4%.

Sin embargo, la CEOE advierte que este crecimiento se ve lastrado por los resultados de años anteriores que se suman a la tasa final, por lo tanto, la patronal advierte que el crecimiento real es del 2,6%.

La demanda interna sufre una notable contracción en el cuarto trimestre, tanto en lo que respecta al consumo privado como a la inversión, reflejando el deterioro de las expectativas de empresas y familias ante el endurecimiento de las condiciones de financiación, la alta inflación y las perspectivas de desaceleración de la economía en los próximos trimestres.

Desde el punto de vista del sector exterior, tanto las exportaciones como las importaciones han mostrado un notable recorte, siendo mucho más intenso en el caso de las importaciones, en línea con la evolución de la demanda interna. Ello ha dado lugar a una aportación positiva del sector exterior que ha compensado la detracción de la demanda interna.

Otro aspecto reseñable es el aumento de las existencias respecto al trimestre anterior, lo que podría venir explicado por el efecto precaución, al acumular determinados bienes para afrontar las posibles dificultades del suministro. Las horas trabajadas retroceden por segundo trimestre consecutivo y continúan estando por debajo de los niveles previos a la crisis (1,0% inferiores al cuarto trimestre de 2019).

Los costes laborales unitarios repuntan notablemente en el cuarto trimestre. En comparación con la situación previa a la crisis, los costes laborales unitarios son un 9,7% superiores a los del cuarto trimestre de 2019.

De cara a 2023 los riesgos siguen siendo a la baja. El impacto de la subida de los tipos de interés sobre el consumo e inversión de familias y empresas, la alta inflación y la situación de las finanzas públicas, junto al panorama geopolítico, configuran, entre otros factores, un escenario que puede lastrar la actividad y el empleo en 2023.