Este martes es un día crucial para el futuro de la Unión Europea (UE). El escenario elegido es Luxemburgo, donde dos negociaciones de alto nivel reunirán a los ministros de los Veintisiete. Por un lado, los líderes económicos debatirán sobre las nuevas reglas fiscales que entrarán en vigor el año que viene. Por el otro, las cabezas energéticas pretenden zanjar la reforma del mercado energético. Ambas contiendas estarán arbitradas por lideresas españolas. Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Economía en funciones, moderará la fricción económica y Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, hará lo propio con la energética.

Nuevas reglas fiscales

La suspensión de cuatro años de las reglas fiscales llega a su fin y la llegada de 2024 supondrá la recuperación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, donde se reflejan los objetivos de reducción del déficit y la deuda pública, hasta el 3% y el 60% del Producto Interior Bruto (PIB), respectivamente. Los anteriores parámetros eran muy estrictos, motivo por el que los miembros se plantean dotar de una mayor flexibilidad y adaptación a la individualidad de cada país a las normas, buscando evitar los incumplimientos sistemáticos que se producían con el anterior marco.

No obstante, los Veintisiete no se ponen de acuerdo y un nuevo enfrentamiento ha recuperado los bloques históricos. Norte contra Sur y España como mediador de las negociaciones al ostentar la presidencia del Consejo de la Unión Europea. En representación del Norte, comandando a frugales y halcones, Alemania apuesta por reglas estrictas que no permitan ni una salida del tiesto. Liderando a los históricamente relegados, el Sur, Francia o Italia proponen dar margen a ciertas inversiones, englobadas en los planes de recuperación nacionales o destinadas a sectores estratégicos.

La propuesta de la presidencia española va en este sentido, expresando que los gastos contemplados en estos planes puedan ser deducidos de las sendas de ajuste. No obstante, va a ser difícil alcanzar un acuerdo debido al peso de Francia y Alemania en las decisiones. Por ese motivo, Calviño ha llamado al entendimiento y al acuerdo entre galos y bávaros. "Apoyo y aliento todos los intercambios que puedan aportar un enfoque constructivo", ha señalado la vicepresidenta a su llegada al Ecofin que se celebra este martes.

Existen esperanzas después de que Bruno Le Maire, ministro de Economía francés, haya manifestado su intención de reunirse con su homólogo alemán, Christian Lindner, para encontrar una postura común que permita avanzar al debate político. No obstante, no se contempla acuerdo en esta reunión, aunque sí “lo antes posible”. "Hasta ahora veo un enfoque muy constructivo por parte de todos los Estados miembro y espero que los próximos debates nos permitan abrir la fase final de esta negociación y entablar negociaciones políticas en la próxima reunión", ha zanjado Calviño.

Reforma del mercado energético

A la par que su compañera de Gobierno, Teresa Ribera, asiste a un encuentro entre los ministros de su ramo en el que se debate una decisión crucial. La reforma del mercado eléctrico de la UE, que lleva debatiéndose meses, comienza a desesperar a los Estados y los rivales son los mismos: Francia y Alemania. De un lado, apuesta por la nuclear y por una transición más progresiva; de otro, la convicción de un cambio energético verde y total.

Pese a que ya han sido numerosos los fracasos en lo referido a esta reforma, Ribera rehúsa rendirse. "Si hace falta, nos quedaremos a cenar y a dormir pero no contemplo la posibilidad de no llegar a un acuerdo hoy", ha incidido a su llegada a la reunión de ministros. Debe reunirse una mayoría cualificada, lo que permitiría excluir del acuerdo a determinados países, algo que no convence a la líder de Transición Energética española.

"Mi impresión es que no hay nada que impida que eso sea así", ha defendido el consenso total. Los ministros abordan las maneras de perfilar los precios para los consumidores y hasta qué punto algunos mecanismos pueden contribuir y cambiar dependiendo del mix energético de cada país, ambos aspectos en los que España se destaca. "Esta es una de las perspectivas delicadas que debemos abordar con sabiduría para asegurar que no creamos marcos inadecuados para nadie al tiempo que se garantiza la transparencia sin comprometer la igualdad de condiciones", ha indicado Ribera.

La vicepresidenta es consciente de la complejidad de alcanzar un acuerdo continental en un aspecto que contiene miles de especificidades en función de cada país, motivo por el que buscará desempeñar el papel de “árbitro comprometido con el interés europeo". Eso sí, también ha dejado claro que defenderá el interés español. "Soy optimista y creo que todo el mundo tiene claro que debemos no solo llegar a un acuerdo sino que este no debe generar diferencias, discrepancias o desequilibrios que quiebren unas reglas comunes en el conjunto del mercado interior de la electricidad", ha zanjado la líder energética.